José María Muscari: con los tacos de punta

María Virginia Bruno

vbruno@eldia.com

Malabarista del teatro, yendo y viniendo en paralelo entre varios proyectos a la vez, el inquieto José María Muscari tiene un idilio especial con “Casa Valentina”, la obra de Harvey Fierstein que adaptó, dirige y protagoniza, y con la que esta noche se presentará en el Coliseo Podestá.

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Por empezar, la temática. Según aseguró, esta obra, a la que le gusta definir como “una comedia emocional de alto impacto emocional”, se escuda en el universo crossdresser (hombres que se juntan en secreto de sus familias para explorar su costado femenino) para tocar fibras más profundas.

“Habla de la diversidad, del miedo a lo diferente, y de la poca tolerancia que tenemos a lo que uno no entiende”, explicó el dramaturgo, director y actor teatral, y remarcó el hecho de que el autor -también responsable del musical “La jaula de las locas”- haya escrito un texto ficcional basándose en casos reales.

Esta obra es, además, una bisagra en la trayectoria de Muscari porque debutó en la dirección de un elenco mayoritariamente masculino (la única mujer es Cristina Alberó), y lo hizo a lo grande, de la mano de Pepe Novoa, Boy Olmi, Mario Pasik, Diego Ramos, Roly Serrano y Fabián Vena.

El espectáculo dice cosas que el público tenía ganas de escuchar” José María Muscari, sobre el éxito de “Casa Valentina”

Son hombres que gozan de sacar afuera su costado femenino, sin que eso tenga que ver con su sexualidad”

Y, entre otras satisfacciones que el espectáculo le hado, está el hecho de haberlo hecho regresar a la actuación (se sumó tras el estreno en reemplazo de Nicolás Scarpino), con un personaje divertido, y para el que por primera vez se puso tacos, peluca y vestido arriba de las tablas.

“Casa Valentina”, que ofrece funciones a sala llena desde 2016 cuando se estrenó en Calle Corrientes, fue reconocida con nueve nominaciones y cuatro premios Estrella de Mar, distinguida como la mejor comedia dramática de la temporada, y sus actores Diego Ramos y Cristina Alberó fueron reconocidos por sus interpretaciones; así como también la escenografía de René Diviú.

En diálogo con EL DIA, Muscari -que este año además volvió a participar de “Bailando por un Sueño” (ver aparte)-, se refirió al espectáculo que esta noche se presentará desde las 20 en la sala de 10 entre 46 y 47, a sus proyectos en cartel, a la temporada de verano y a su buen momento personal.

-¿Cuál es la clave del éxito de “Casa Valentina”?

-Creo que “Casa Valentina” se convirtió en un éxito cuando aparece en un escenario para decir cosas que el público tiene ganas de oír. La obra habla de lo diferente, de la igualdad, de la discriminación y la diversidad; temas candentes que el autor escribió con mucha inteligencia pero también con muchísima hondura: es una comedia de una hora y media que te obliga como espectador a hacerte un montón de preguntas: te inquieta, te divierte y creo que, además, hay una comunión entre el público y quienes la hacemos muy potente. Creo que muy pocas veces uno ve en un escenario un elenco tan estelar como éste, que además de buenos actores son personas prestigiosas, respetadas.

-¿Qué fue lo que más te interesó del texto, y cómo trabajaste la adaptación?

-Lo que más me interesó del texto es que tenía situaciones y personajes muy concretos, claros, con mucha posibilidad de identificación en el público. Básicamente, la adapté bastante porque no me interesa ir al teatro en Argentina y sentir que me están hablando de otra idiosincrasia. Si bien el mundo de los crossdressers es algo universal, estaba bueno sacarle todas las identificaciones con espacios o giros idiomáticos con lugares de donde se hizo y que de alguna manera el espectáculo pasara a ser totalmente atemporal, y sin un lugar en específico. Creo que todo eso la acercó más al espectador: trabajé mucho la adaptación y luego en el ensayo trabajamos mucho para que los actores se adueñaran de eso tan personal.

-¿Conocías este universo?

-La cultura de los crossdressers es bastante desconocida incluso para mí que, siendo gay, no sabía que existía ni qué significa. Por eso fue muy importante para nosotros conectarnos con una agrupación argentina que nos guió un montón para entender esta particular forma de ver el mundo, la sexualidad y los propios deseos. Los crossdressers, en general, son hombres que gozan de sacar afuera su costado femenino, sin que eso tenga que ver con su sexualidad. Hay personas casadas, heterosexuales que, a escondidas de sus familias, desarrollan este costado femenino. Y de eso habla la obra: de un grupo de hombres que a escondidas sacan este alter ego. Lo interesante, también, es que está basada en historias reales en las que el autor se inspiró para escribir esta comedia.

-¿Cómo fue el proceso de ensayo con los actores? ¿Cómo recibieron esta invitación a descubrirse como mujeres?

-Fue un trabajo minucioso y arduo. Cada uno de ellos fue encontrando a la mujer que tienen dentro desde un lugar muy diferente. Vena, por ejemplo, desde el primer ensayo trabajó con tacos. Roly Serrano se puso su bata. Diego Ramos hizo un curso en maquillaje, por su personaje. Cada actor fue encontrando un lugar desde dónde ir entrando. Fue un proceso muy rico. Tuve actores muy dispuestos. Creo que lo particular de este trabajo con estos actores es que hacen una comedia con personajes que generan mucha identificación, pero con mucha espesura, profundidad.

-¿Cómo fue dirigir actores hombres?

-“Casa Valentina” es, de alguna manera, mi debut en un espectáculo protagonizado por hombres. Siempre mis espectáculos hay muchas mujeres o incluso sólo mujeres. Y “Casa Valentina” me sedujo por eso, también; me parecía un desafío porque tengo tanta sinergía con las actrices mujeres, que estaba bueno ver cómo encontrarme y encontrar a mi elenco ideal para dirigir mi primera obra de hombres. Estuvo muy bueno. El trabajo estuvo muy centrado las mujeres que estos siete actores tenían adentro y tenían que poner en el escenario. Creo que cuando un espectáculo es un éxito, lo es porque ya estaba predestinado a serlo y lo es, además, porque todos los participantes, los actores y yo desde la dirección, nos mancomunados por un objetivo en común. Con este elenco tengo una especie de enamoramiento mutuo. Es un proyecto que me dio enormes satisfacciones.

-De adaptarla y dirigirla pasaste después a ser un protagonista más, ¿cómo se dio esa vuelta a los escenarios?

-Fue muy raro. Es la primera vez que actúo en una obra que dirijo, pero lo pude hacer porque cuando me sumé como actor, la obra ya tenía más de un año en escena, y yo ya había trabajado muchísimo desde abajo. Y surgió la posibilidad de sumarme al elenco, a partir de una propuesta del productor Javier Faroni, y fue medio indeclinable, por el lujo que significa para mí actuar cada noche con personas como Fabián Vena, Mario Pasik, Diego Ramos, Roly Serrano, Boy Olmi… Creo que es un elenco de hombres con el que no sé si voy a volver a coincidir, por cómo respetan la profesión y poniendo todo lo que ponen en el escenario. Lo vivo como un verdadero desafío.

-¿Podés dejar el director de lado mientras actuás?

-Puedo dejar el director de lado porque tengo un excelente asistente, y las cosas que veo como director, las tamizo con él, para que el actor que está actuando con mis compañeros no esté con la mirada del director. Y la verdad es que la experiencia de vestirme de mujer es muy divertido, nunca lo había hecho, y me parece que, como mis compañeros, lo hago con muchísimo respeto. Si bien es una comedia, todo el tiempo está presente lo emocional, y para eso hay que poner mucho compromiso y amor con lo que uno hace.

-Además de “Casa Valentina”, ¿qué otros proyectos tenés en cartel?

-Tengo tres obras en cartel. Una es “Bollywood”, en el teatro Ift, a la gorra que ofrece tres funciones por semana. Un espectáculo en Uruguay que es un éxito, “Falladas”, que agota desde su estreno, hace varios meses, todas las funciones, y está protagonizado por elenco uruguayo. La versión actual argentina de esta obra terminó la semana pasada. Y la gira, claro, con “Casa Valentina”.

-¿Cómo será tu temporada de verano?

-El verano se viene muy potente. Por un lado, voy a tener una especie de trilogía de “Bollywood” porque además de continuar con las funciones en Buenos Aires, voy a estrenar una versión en el Teatro Acuario de Carlos Paz, para lo cual ya tomé un casting y elegí el elenco, y también van a ser funciones a la gorra, algo no tan visto en Carlos Paz. Me animo a decir que va a causar furor. Pero además de estas dos, voy a tener en paralelo otra versión en Mar del Plata, en el Auditorium, con elenco marplatense. Por el otro lado, vuelve “Casa Valentina” a la cartelera porteña, desde el 3 de enero en el Picadilly. Y continuará “Falladas”, versión uruguaya, en el Conrad de Punta del Este, los viernes de enero y febrero. Además de todo, regresa uno de mis espectáculos preferidos, “Extinguidas”, que se presentará en el Candilejas 2, en Carlos Paz.

-Con tanto trabajo, ¿de dónde salen las energías para seguir creando?

-Mi energía sale del descanso. Duermo ocho horas por día, soy muy organizado y pragmático con mis tiempos. Y de acuerdo a tener todo claro en mi agenda, está todo claro en mi interior y eso me permite la multiplicidad. Soy una persona que va inventando proyectos y busca el momento justo para llevarlos adelante.

-Y en toda esta ajetreada vida laboral, ¿cuánto influye la estabilidad emocional? ¿Cómo estás en lo personal?

-Mi vida personal está muy bien, plagada de trabajo, pero con muchas emociones, y una familia que acompaña y apoya mi existencia. Tengo una familia que amo y me ama, una pareja con la que convivo, y de la cual estoy muy enamorado, estamos juntos hace tres años juntos. Guille es nutricionista y dietólogo, y tiene un emprendimiento de comida saludable, que le va muy bien. Y está bueno estar con alguien que hace algo que no se parece en nada a lo mío. De alguna manera, toda la creatividad y el mundo del teatro se aquieta cuando llego en casa para compartir la experiencia con él.