Vecinos enrejados, delincuentes sin límites
Edición Impresa | 6 de Noviembre de 2017 | 02:17

Pablo Funaro
Es la triste postal de la inseguridad que se vive todos los días en La Plata y en sus distritos más cercanos: la gente vive enrejados, mientras que los delincuentes se mueven libres, como si fueran los dueños o reyes de la calle. A lo largo del tiempo, esta situación ha sido muy grave, pero lo sigue siendo en la actualidad. Con la misma intensidad.
Los planes de prevención tal vez hayan cambiado de nombre. O le cambiaron el color a los patrulleros y hasta se modificaron los uniformes policiales. Pero los ladrones siguen siendo ladrones y los vecinos, rehenes. Cada vez más.
Por eso hay temor, impotencia, desconsuelo y también mucho dolor.
El crimen de Abril, de tan sólo 12 años, hizo explotar ayer las redes sociales, donde se vieron muestras casi de hastío por una problemática demasiado profunda, que no deja de provocar víctimas y, obviamente, casi no encuentra respuestas. En lo que va del año en la Región los homicidios ya suman 41. Se trata de una estadística demasiado evidente de que la violencia está entre nosotros y, como si se tratara de un simple juego, todos estamos expuestos a ser los próximos de la lista. ¿Qué hacer en estos casos? Esa explicación deberá correr por cuenta de los especialistas. Para el vecino común, el que se encierra y pone alarmas hasta debajo de la cama, ante la alarmante ausencia de soluciones, todo parece quedar supeditado a lo que indique la suerte o el destino.
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