Uno deberá avanzar bastante en la Copa y el otro, sumar muchísimos más puntos

Volver a “Uno” y no fallar con los refuerzos, las prioridades pinchas. Consolidar un proyecto todavía endeble, la obligación mens sana

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Martin Mendinueta
@Firmamendinueta

No cierran un gran año. En el natural ejercicio de mirar hacia atrás encuentran con claridad, cada uno en su coyuntura y realidad institucional, los baches y las frustraciones que representaron golpes durante el almanaque que ya está a punto de ser historia. Maquillajes al margen, frente al espejo no pueden engañarse. El año que se está yendo los vio con una imagen borroneada y alejada de los deseos de sus respectivos hinchas y socios.

La gente quiere más. Cuando vuelva la competencia oficial ambos sentirán, de inmediato, un fuerte reclamo de mayor eficacia. No habrá excusas.

Malas decisiones

Las empranas eliminaciones de Estudiantes en las copas Libertadores, Sudamericana y Argentina dolieron como latigazos en la piel de aquellos que adoran la camiseta roja y blanca. La vuelta de Sebastián Verón al rol de jugador salió mal. El presidente no jugó en gran nivel, el equipo “tuvo” que hacerle un lugar y los resultados fueron malos. Muy pronto le dijo adiós al torneo más querido por su gente. La Copa Argentina representó el gran dolor de cabeza para Nelson Vivas. Cuando todos los representantes del club hablaban maravillas del entrenador, la derrota frente a un equipo tan humilde como bien plantado en el campo hizo que el borrador de su nuevo contrato fuera derechito a la papelera de reciclaje.

Para completar el trébol de decepciones, la Sudamericana fue la hornalla internacional donde, rapidísimo, cocinaron al uruguayo Matosas. A poco de haberlo contratado se dieron cuenta de que se habían equivocado en la elección. El episodio Nardi fue algo excepcional. La aparición de antiguos mensajes en una red social y el mal manejo público del protagonista provocaron un inesperado y fortísimo dolor de cabeza para el presidente. La protesta de los hinchas con buena memoria terminaron doblándole el brazo a la máxima autoridad del club.

Y después de tantas tormentas eligieron a Lucas Bernardi. Su llegada no tuvo apoyo popular, pero, aún con derrota, el carácter y la determinación del equipo en la última fecha ante Boca instalaron la sensación de que el ciclo puede ir ganando altura.

Después del brindis del treinta y uno, Estudiantes recibirá de sus fieles dos grandes exigencias: Volver a 1 y 57 cuanto antes y realizar una buena campaña (eso sería llegar a cuartos de final por lo menos) en el certamen más prestigioso del continente.

NINGÚN PROYECTO VIVE SIN RESULTADOS

El futuro inmediato le hace saber a Gimnasia algo muy simple: Ganar muchísimos más puntos de los logrados hasta el momento representará el principal sostén de este ciclo cobijado por un proyecto integral repleto de buenas intenciones. Ha perdido demasiado. Trece puntos obtenidos de treinta y seis posibles fue muy poco.

La cuerda de la paciencia ha aumentado considerablemente la tensión. Hoy, muchos “Triperos” están confundidos ante preguntas como: ¿Esto es todo lo que puede brindar Mariano Soso como director técnico? ¿La alarmante debacle en el rendimiento luego de ponerse en ventaja anta Rácing fue más responsabilidad del entrenador o de los jugadores? ¿Gimnasia es un equipo que juega bastante bien y no consigue felices resultados por distintos accidentes durante los partidos, o detrás de declamaciones seductoras se encuentra una formación que hace agua en todas sus líneas? ¿Soso sí o Soso no? ¿Hay que sostener con convicción y coraje el camino elegido soportando las contingencias amargas, o se debe tomar una drástica determinación para barajar y dar de nuevo?.

El debate, genuino por cierto, está instalado en cada reunión de hinchas. Y si acaso faltara algún ingrediente, ayer trascendió un supuesto interés de Universidad Católica de Chile por contratar al DT de Gimnasia. En caso de ser concreto y formal el operativo de seducción, Soso no puede dejar “en banda” al club que le otorgó una oportunidad laboral enorme. Poder, puede; no debería hacerlo.

Por delante de Soso, y de los distintos candidatos que ya están dando vueltas en el ambiente, está el decano del fútbol argentino. El club demanda pulso firme y sentido común. En pleno tránsito del concurso preventivo de acreedores, lo ideal sería conseguir dos buenos refuerzos (invirtiendo montos razonables), respetar el contrato de Soso y esperar que el entrenador encuentre el funcionamiento confiable que todavía no ha conseguido.

Gimnasia tiene una biblioteca repleta de decisiones espasmódicas que lo arrastraron hasta oscuros laberintos. La construcción de un destino mejor le demanda haber aprendido de sus errores.

 

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