El vandalismo le costó este año a las escuelas platenses 3 millones de pesos

Ese cálculo no contempla la destrucción total por incendio de la Primaria 23, a la cual Educación deberá construirle un edificio nuevo. El monto que se gastó a raíz de hechos vandálicos equivale a 5 aulas nuevas

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CARLOS ALTAVISTA
caltavista@eldia.com

En algunos jardines de infantes de la periferia platense quedan hasta cien chicos por año en lista de espera por falta de vacantes. En ciertos casos, incluso en la sala de 5 años. Falta de vacantes significa falta de espacio. Y falta de espacio, falta de aulas. Con los fondos que tuvo que destinar este año el Consejo Escolar a reparar los efectos del vandalismo en las escuelas, casi 3.000.000 de pesos, se podrían construir, como mínimo, 5 aulas.

El vandalismo se inscribe, es cierto, en un contexto de inseguridad generalizada. Pero igualmente cierto es que desde hace años que no se ha tomado una sola medida preventiva.

El presente informe (ver gráfico) incluye “reparaciones menores” en el edificio de la Escuela Primaria 23 de Villa Elvira, que se incendió prácticamente en su totalidad a raíz de un ataque perpetrado por desconocidos (casi siempre son “desconocidos”).

“En el inmueble funciona la Secundaria 81, y los trabajos que se realizaron estuvieron destinados a que sus alumnos terminaran allí el ciclo lectivo. Entre ellos, instalación eléctrica, cerramientos con durlock, y otros”, explicaron los responsables de Mantenimiento del Consejo.

el “otro costo”

Los chicos de la primaria se “mudaron” a un edificio prestado por el Colegio Santa María de los Angeles. Habrá que hacerles un inmueble nuevo. Y de acuerdo a las últimas licitaciones de la Unidad Ejecutora Provincial, ello requiere de una inversión de entre 29 y 35 millones de pesos (en un rango que va de los 450 a los 700 estudiantes). Ese es el “otro costo” del vandalismo.

“Nunca se esclareció un caso de vandalismo escolar”, resaltaron en el organismo de calle 2, al tiempo que hicieron hincapié en la reiteración de episodios en determinados establecimientos educativos.

Por caso, la Primaria 23 sufrió este año cuatro hechos vandálicos. El cuarto fue el “vencido”, el que terminó con la destrucción casi total del colegio. Asimismo, la Secundaria 81, que comparte edificio, fue atacada dos veces.

El Consejo Escolar gastó este año $3 millones por hechos vandálicos, es decir, cinco aulas nuevas

Cada peso que se lleva el vandalismo se quita del mantenimiento diario de una escuela

Pero hay casos que deberían funcionar como alertas rojas. La Escuela Secundaria Nº 7 de Arturo Seguí encabeza hasta ahora el lamentable ranking anual de ataques a escuelas. El edificio de 144 entre 414 bis y 415 fue agredido 9 veces.

No hay necesidad de irse a la periferia. En absoluto. La que ocupa el puesto 2 en el ranking -que se puede observar en la tabla adjunta- es la Secundaria Nº 27 situada en 35 y 17, en el casco urbano.

El riesgo es naturalizar el vandalismo. Aunque todo indica que está ocurriendo eso.

Veamos. En el 2010, hace ya siete años, la Media Nº 22 de La Granja sufrió 12 casos de robo y vandalismo: uno por mes. La cuestión dio origen a varias notas e informes de este diario alertando sobre la problemática, consultando a entendidos en seguridad, proponiendo posibles soluciones... Nada. Hoy nos encontramos con otros colegios atacados hasta 9 veces en un año.

mas del 30 por ciento

El monto invertido por el Consejo Escolar de nuestra ciudad durante este año para atender casos de vandalismo fue, hasta ahora, de $ 2.946.000.

Esa suma equivale al 30,72% del presupuesto anual del que dispone el cuerpo.

Un peso que va a reparar daños causados por el vandalismo es un peso que se quita del mantenimiento diario de las escuelas platenses. Y no hace falta recordar que la infraestructura escolar es un mal endémico que provoca el dictado de clases en salones superpobladas o improvisadas en pasillos, o hasta la suspensión de clases por baños que colapsan o aulas “permeables” a cualquier lluvia.

El presidente de la Asociación Civil Compromiso Educativo, Arturo Chueco, hizo notar que “el vandalismo en las escuelas no distingue niveles educativos, ubicación ni tipo de edificio; los centenarios y los más nuevos son atacados por igual”.

Con una vasta experiencia a cuestas, Chueco subrayó que “la naturaleza de los actos vandálicos abarcan desde la rotura de vidrios y pintadas, pasando por roturas parciales de la más variada clase: cerraduras, luminarias, muros, rejas, cañerías de agua, así como robos de bombas y reguladores de gas, sustracción de conexiones eléctricas, hasta la destrucción total del edificio, como el caso de la Escuela Primaria 23 de Villa Elvira”.

“Un punto a tener en cuenta es el hecho de que gran parte del presupuesto destinado a la infraestructura escolar se destina regularmente a la prevención de estos delitos”, puntualizó, pero advirtió que “tapiados, rejas, cerraduras, luminarias y cerramientos no resultan efectivos, ni siquiera si se combinan con la instalación de alarmas”.

serenos

En ese contexto, Arturo Chueco indicó que “para evitar o minimizar los actos vandálicos hay que tomar medidas que si bien representarían una erogación, la misma sería menor a los costos que generan las reparaciones”.

Recordó, en ese sentido, que “un proyecto para designar serenos en los establecimientos más vulnerables se hizo llegar a Educación en 2016 por parte de las autoridades del Consejo. Pero se rechazó argumentando cuestiones económicas. Ello a pesar de que se dejó en claro que el universo escolar vandalizado no supera el 10% de los 305 edificios escolares: no habría que poner personal de seguridad en todos”.

“Lo único que no se puede hacer, es no hacer nada”, remató el titular de Compromiso Educativo.

 

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