Crimen en la carnicería: se refuerza la hipótesis de que participó un conocido

Mientras analizan el material de cinco cámaras de seguridad y siguen escuchando a testigos, los investigadores del crimen de Rubén Oscar Agnes están cada vez más convencidos de que a este jubilado de 63 años lo mató alguien conocido, después de que intentó evitar que robaran la carnicería ubicada en el frente de su propiedad, o, justamente, porque lo reconoció.

Es que a “Cachi”, como llamaban en el barrio a la víctima, “lo visitaban muchas personas y sabían cómo acceder al comercio”, dijo una fuente de la investigación, antes de ratificar que de la casa de Agnes no se llevaron “absolutamente nada”.

Como se ha venido informando, al jubilado lo mataron el martes a la noche -alrededor de las 23-, en 13 entre 72 y 73.

Era separado y tenía hijos, pero vivía solo en una vivienda situada en el fondo de una terreno. En el frente hay un local que años atrás funcionó como la carnicería de su padre y actualmente la alquilaba a un comerciante del mismo rubro. A las dos construcciones las separa un patio y hasta allí se accede por un pasillo, que el carnicero atravesó a las 6.30 de la mañana del miércoles pasado, para abrir su local.

Advirtió rápido que la puerta estaba violentada y que estaba abierta la que conecta con el patio de “Cachi”. Se asomó. Y lo vio tirado boca abajo sobre su propia sangre.

Después de su llamado al 911 llegaron a la escena los policías del Comando de Patrullas, la comisaría Octava, la DDI y Científica, que se encargaron de analizar el cuerpo, levantar rastros y secuestrar varios cuchillos para determinar si alguno fue usado para matar a Agnes.

“Ninguno era el arma homicida”, aclaró anoche un pesquisa.

Lo que está confirmado es que a la víctima la asesinaron de tres puñaladas en la zona intercostal izquierda, que no recibió golpes y que la atacaron en el umbral de su casa, o ya en el patio. También se sabe que el o los asesinos se llevaron 60 mil pesos que el dueño de la carnicería había dejado en el local para hacer unos pagos.

¿Sabían que el comerciante guardaba dinero allí?

Es la hipótesis más cierta, como lo es la sospecha de que el jubilado se asomó al escuchar ruidos, quiso frustrar el robo o reconoció al autor y lo apuñalaron.

No hay indicios para establecer cuántas personas actuaron en el hecho. Y es lo que procuran reconstruir con el análisis de las cámaras.

En total son cinco, entre públicas y privadas, y la tarea no es sencilla por la cantidad de horas de visualización pendientes.

Mientras siguen escuchando a vecinos, familiares y amigos de la víctima, los investigadores piden que todo aquel que pueda aportar información útil para el esclarecimiento del caso se contacte con el 911 o al 453-1272. También pueden acercarse personalmente al gabinete de Homicidios de la DDI.

La instrucción de la causa está a cargo del fiscal Marcelo Martini, que caratuló las actuaciones como “homicidio en ocasión de robo”.

“Cachi vivió toda la vida acá y charlaba con todos”, contó Diego González, uno de sus amigos del barrio, quien relató que la carnicería que robaron durante el crimen “antiguamente fue del padre de Oscar. Cuando se enfermó, la cerró y quedó todo parado unos años, hasta que vino el muchacho que hoy tiene el negocio”.

El jubilado había sufrido un asalto hace poco: “La semana pasada había ido a comprar pintura y en 7 y 71 dos pibes le robaron una moto en la que se movía”, apuntó González.