“No me digas que ya fue”: un acierto del off porteño

Nicolás Isasi

Luego de consagrarse como ganadora de la Bienal Arte Joven 2017 con cinco funciones a sala llena, el musical “No me digas, que ya sé” tiene un poco de ese que se yo porteño impregnado que supo demostrar ante la audiencia con sus últimas funciones en el Teatro Picadero. Con libro y dirección de Mariel Vélez y Matías Prieto Peccia, la obra aborda la vida de Lola, una mujer que tiene poderes de adivinación. Lola sabe todo lo que va a pasar a corto y mediano plazo en cada instante de su vida. Y de repente se da cuenta que su don desaparece, provocando un quiebre absoluto en el personaje y su entorno porque no puede continuar viviendo sin saber aquello que sucederá. ¿Don, talento o enfermedad? Todo eso es lo que se planteará Lola a medida que transcurre esta historia que aborda el amor, de forma original y con humor.

La música de Vanesa Butera, quien fuera protagonista de las tiras televisivas “Esperanza mía” o “Niní”, tiene un carácter festivo y alegre, con una composición sencilla pero expresiva, que va desde un leve acompañamiento de guitarras como fondo de una emisora de radio, hasta un conjunto coral para voces mixtas sobre el final que deslumbra por su poder emotivo. Las letras son simples pero efectivas para el desarrollo de la trama. La escenografía presenta un departamento minimalista, con un sillón, una barra y una puerta que sirve para recrear todas las puertas posibles de esta historia. Con un buen manejo de las luces, todo el decorado resulta funcional pese a la poca cantidad de elementos. Se destaca el uso de la bicicleta como recurso de transición entre una escena y otra.

Mariel Percossi y Julián Pucheta (ganadores del premio Hugo) son los protagonistas de esta obra enérgica y movediza, que con gran soltura saben estar a la altura de las circunstancias. Percossi (Lola) formó parte de “Proyecto Marita”, “Shrek, el musical” y viene de participar en “Marco Polo”. Además, participó en la exitosa serie televisiva “Aliados” donde también realizó teatro en el Gran Rex. Su actuación como Lola resulta espontánea, con gran versatilidad para la interpretación, demostrando un bello timbre, aunque por momentos se encuentre algo exigida con su registro. Pucheta, viene de estrenar “El Avaro” en el Teatro Regio y también protagoniza el musical “Vivitos y Coleando 2” de Hugo Midón, en el Teatro Picadero. Anteriormente se destacan sus participaciones en “Cuatro Barrios”, “The Hole” y “Sueño de una noche de verano” en el Teatro de La Comedia. Su comicidad en el rol de Laureano es uno de las claves de su actuación. Inquieto y con algunas intermitencias en el canto, su talento como actor lo sabe explotar al máximo en cada escena.

Laura Silva es la madre de Lola. Su histrionismo y trayectoria sorprende a toda la platea. Sus apariciones provocan un efecto de risa instantáneo y es aplaudida en cada una de sus interpretaciones vocales. El contrapunto de toda la historia es una joven futura actriz, cantante y bailarina de unos 15 años llamada Sol Fiorella Macchia que interpreta a una vecina adolescente (Berta). Formada en el “Estudio Dan-zas” y la “Fundación Julio Bocca”, Sol tiene un encanto particular para romper el hielo en cualquier momento tenso de la obra. Su entrada en patines al son de la música, con una sonrisa falsa y haciendo un uso constante de la ironía, es el broche de lujo en este musical que se consagró como uno de los mejores espectáculos del off en Buenos Aires este año.

Este espectáculo se consagró como uno de los mejores del off porteño de esta temporada