Trucos y consejos para conseguir una buena convivencia entre perros y gatos en la casa
Edición Impresa | 24 de Diciembre de 2017 | 07:20

Llegó el momento de desterrar para siempre el tan famoso y popular dicho “se llevan como perro y gato”. Los perros y gatos sí pueden convivir. Tom y Jerry no forman parte de la realidad sino que son lo que son: un dibujo animado. Al igual que Tomy y Daly en los Simpson.
Se trata de dos mascotas que se pueden tener juntas en una casa sin necesidad de estar separándolas, o de correr el riesgo de que una lastime a la otra.
Eso sí, para que convivan de la mejor manera no hay una fórmula escrita ni polvos mágicos. Con un poco de esfuerzo, paciencia y educación podemos lograr que estos dos animales, que en el imaginario popular aparecen como “enemigos”, puedan adaptarse fácilmente, sobre todo teniendo en cuenta lo amigables que son los perros con otras especies.
Por naturaleza y carácter de cada uno, los perros y los gatos no tienen motivos para que se lleven mal. Son dos animales distintos, con diferentes necesidades y formas de comunicarse, pero esto no quita que puedan conocerse y respetarse mutuamente.
Ya el hecho de ver que en la gran mayoría de las viviendas que tienen gatos y perros pueden socializar de manera correcta, demuestra que se trata de animales que entre sí no tienen ningún problema. Aunque no todo es tan sencillo.
Lo más difícil es cuando se introduce un gato en una casa que ya tiene perro y viceversa, porque al principio puede ser complicado que se traten o se lleven bien, pero todo es cuestión de tiempo y, sobre todo, mucha paciencia.
Para ambas situaciones, la clave está en que los animales hayan sido bien educados desde pequeños. A un gato o a un perro que ha conocido otros animales, que ha tratado con ellos y que ha tenido relaciones amigables no le va a costar conocer a otro animal y convivir con él, compartiendo su espacio. Esta es una de las pautas principales para la convivencia, que hayan sido bien socializados desde recién nacidos.
Para que se lleven bien, lo ideal sería que crezcan juntos, pero esto no siempre es posible. Si tenemos que presentar un gato o un perro nuevo a nuestra mascota debemos hacerlo primero con seguridad.
El animal debe oler al otro para que lo conozca cuando esté en el transportín, ya que ambos pueden estar asustados o recelosos por la nueva situación.
Lo cierto es que será cuestión de que se acostumbren el uno a la presencia del otro y que disfruten de su compañía poco a poco. Lo importante es que siempre estemos controlando las reacciones de ambos desde el inicio, para que no haya problemas en el futuro.
También hay que tener en cuenta otras cuestiones:
* Además de la relación con el dueño, el contacto con otras personas también lo ayudará a vincularse mejor con la nueva mascota.
* Si bien llevará tiempo a que se conozcan, deben comprender lo que cada uno necesita para que se acostumbren a convivir.
* Darle a uno un objeto del otro como ropas o juguetes les permitirá conocer los olores para que luego los reconozcan.
* Otro buen consejo es quedarse con ellos en una habitación, preferiblemente el comedor o el living de la casa. De esa forma se los puede supervisar e intervenir en caso de alguna pelea.
* Se recomienda no permitir que el perro persiga al gato.
Hay que tener bien en claro que el gato es un felino, como el león, y un depredador; y que el perro desciende del lobo, y también es un depredador. Pero esto no quiere decir que no puedan convivir juntos en la misma casa. Con educación y mucho amor será más sencilla la adaptación.
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