Con menos gente en las calles, el microcentro se vio algo más descomprimido de manteros

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Con la Navidad y su “boom” de consumo alejándose en el espejo retrovisor, la inminencia de enero acelera por estos días la paulatina mudanza de manteros a la costa atlántica en pos de “hacer temporada”. Este fenómeno empezó a descomprimir ayer el escenario de caos y enfrentamiento que se había convertido en moneda corriente desde que el 12 de diciembre la Comuna lideró un megaoperativo contra la venta ilegal en la vía pública.

“Ellos hicieron su negocio en diciembre y ahora se van para seguir juntándola en la Costa, mientras nosotros tenemos que aguantarla acá, que no anda ni el loro” resumió con desazón un experimentado comerciante de calle 8: “vamos a ver qué pasa el mes que viene, si dejan que todos vuelvan a instalarse va a estar complicado”.

En este sentido, en el municipio subrayan que “los controles llegaron para quedarse”, y que habrá tolerancia cero con los ambulantes. Apuestan a que el “receso” veraniego oxigene las tratativas que se llevan a cabo para censarlos y ofrecerles alternativas de reconversión laboral.

“Las gestiones van a seguir, porque la idea es llegar a marzo con un curso de acción definido y el consenso de los vendedores, que no es tan sencillo de lograr por sus diferencias internas” dejaron trascender en la Comuna.

De acuerdo con la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), el comercio ilegal mueve en La Plata más de 2.400 millones de pesos por año. Es la sexta ciudad del país con más venta ambulante.

Las alternativas que ofrece el municipio priorizan a los manteros que estén en esa situación por falta de trabajo y que residan en la Ciudad, y consisten en capacitación, subsidios y creación de “paseos de compras” en predios de la periferia.

 

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