Sergio Ramírez: todo escrito es político
Edición Impresa | 3 de Diciembre de 2017 | 09:03

Siguiendo la premisa de que los autores latinoamericanos no pueden ser indiferentes a la violencia que desde el principio de los tiempos azota a esta región, y en sintonía lógica con una carrera que se ha repartido entre las letras y la política, el nicaragüense Sergio Ramírez (Masatepe, 1942) combina su temprana vocación literaria con el compromiso cívico que desarrolla como periodista, columnista y ensayista. Y lo hizo, además, como vicepresidente de su país, cuando triunfó la Revolución Sandinista. Este año recibió el Premio Cervantes, considerado el Nobel en lengua castellana, y para él no es más que una confirmación de una carrera a la que, según admite, todavía le quedan muchos pasos para dar.
“Creo que los premios sirven para dar energía, como una especie de combustible para alguien que, como yo, siente que tiene una carrera literaria pendiente”, asegura Ramirez, y agrega: “esto no significa que es una culminación de mi carrera y que ahora me voy a sentar a contemplar mis propios laureles. Siento que tengo mucho que decir y escribir”.
Periodista, político, abogado y escritor, Ramírez se inició en la literatura a los 18 años, y supo compaginar a lo largo de su vida su faceta literaria -con más de 40 libros- con una activa vida política que lo llevó a ser, como se dijo, vicepresidente de su país, un cargo que ejerció entre 1985 y 1990.
Ramírez es el primer escritor centroamericano que recibe este galardón
Esa mixtura entre literatura y política quedó reflejada en varias obras, entre las que se encuentran “Castigo Divino” (1988), “Clave de Sol” (1992), “Un Baile de Máscaras” (1995) y “Margarita, está linda la mar” (1998).
Algunos de los premios que recogió a lo largo de su carrera fueron Independent Press Award (Estados Unidos 2017), Premio Laure Bataillon (Francia, 1998), Premio Internacional de Novela Alfaguara (1998) y Premio Iberoamericano de Letras José Donoso (Chile, 2011).
Claro que este reconocimiento, lo dice él, es distinto a todo. “Estaba en la lista de los finalistas del premio -cuenta-, y por estar en una lista uno se hace algún tipo de ilusión. Para mí el premio significa un elogio a mi carrera literaria, sobre todo porque se premia una literatura poco reconocida en el mundo como la latinoamericana. Espero que con este reconocimiento puedan sumarse a esta plataforma autores de centroamérica y sobre todo jóvenes autores que son muy valiosos”.
De este modo, Ramírez se convierte en el primer escritor centroamericano que recibe este galardón y pone así, acaso una vez más, a este territorio en el mapa de la literatura internacional. Un logro que ya habían conseguido autores como Rubén Darío o el propio Ernesto Cardenal.
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