Una pareja resquebrajada y una beba de 7 meses en el medio por la que hubo temor
Edición Impresa | 8 de Diciembre de 2017 | 02:44

Una beba de siete meses quedó en el medio de una disputa entre sus padres, por aparentes motivos de violencia entre ellos. La Policía tuvo que mediar para que la situación se destrabara y que la niña pudiera volver a la normalidad de su casa. Para los efectivos fue “un conflicto de familia como los que se dan todos los días”, lo cual ya habla del tipo de problemas que tienen que dirimir en lo cotidiano. Esto también deja en claro el tenor de los cruces, en una época del año donde todo lo referente a ese tema empeora (ver aparte).
Lo de ayer se desató en la mitad de la tarde, en el hospital Italiano. La pareja, aparentemente en vías de recomposición, fue a ese centro asistencial junto con la criatura. La mujer tenía un turno para hacerse una ecografía, según trascendió.
Los tres esperaron en la sala hasta que a la paciente la llamaron. La mujer ingresó pero, en lugar de someterse al estudio, “se quebró en llanto adelante del médico”, contaron voceros del hospital.
“Lo que expresó fue que es víctima de maltrato por parte del hombre, que no quería salir del consultorio, que ya lo había denunciado y que tenía mucho miedo”, señalaron los informantes. Lo que trascendió puntualmente fue que hace 48 horas hubo una nueva discusión por motivos que no trascendieron.
Ante esa situación, atípica para el trabajo de un profesional de la salud, el médico se comunicó con el personal de seguridad privada del Italiano.
la policía al hospital
Desde esa entidad entonces partió un aviso al 911, por lo que poco más tarde aparecieron policías del Comando de Patrulla La Plata, la comisaría cuarta -con jurisdicción en el hospital- y de la fuerza de seguridad municipal.
“El padre de la criatura se había quedado en la sala de espera con la bebita en brazos” y obviamente no supo nada de lo que había pasado dentro del consultorio. Sin embargo, atinó a reaccionar rápido: “Cuando vio que se le acercaban varios policías decidió levantarse y escaparse para su casa”, relataron voceros allegados a lo que sucedió.
Al parecer, las cámaras de seguridad del lugar alcanzaron a registrar cada instante de la secuencia, en un material que podría ser valioso para los investigadores.
tensión en hernández
El papá junto a la niña fue hasta su domicilio, en la zona de las calles 132 bis y 510 de Hernández. Mientras, la madre fue a una comisaría a hacer la denuncia.
Con algún dato -o tal vez con la sospecha- de que estaría allí, los efectivos le siguieron el rastro y lo encontraron en su domicilio. No lo vieron exaltado ni violento, según comentaron los uniformados.
Ahí empezó la tarea de negociación por parte de los policías, para hacer que depusiera su actitud y le entregara la beba a la madre.
Todo, con la presunción de que contra él pesaba una orden de restricción perimetral que no le permitía acercarse a su ex ni a la niña.
Más tarde, una fuente oficial señaló que esa resolución judicial en favor de la mujer, que había firmado el juez de garantías Juan Pablo Masi, “estaba vigente”.
Sin embargo, “por voluntad de los dos” hubo un acercamiento en la pareja y, volvieron a convivir, por lo que la medida cautelar perdió todo efecto y sentido.
En ese contexto, lo que hubieran podido construir de manera endeble terminó por derrumbarse “hace dos días, cuando tuvieron una nueva pelea, que fue lo que llevó a que la chica hablara ante el médico”, confirmaron esos voceros.
En Hernández, la tensión se mantuvo a pesar de que, a simple vista, él no ensayó movimientos violentos ni pretendió enfrentar a los agentes. Sino que se mantuvo todo el tiempo igual que como había estado en el hospital, con la beba a upa.
Pero el padre no quería declinar su actitud. En plena mediación, la madre de la niña llegó al lugar, también acompañada por uniformados, para estar presente en el diálogo que se intentó abrir.
Los accesos a la cuadra quedaron parcialmente cortados por patrulleros: el personal de prevención estaba atento a que la situación no se desmadrara. Fueron minutos de especulación y de tensa calma, pero que tuvieron un desenlace pacífico. Al menos, desde la distancia que imponía el operativo.
acuerdo y paradoja
Con los argumentos de los cuales los efectivos estarán acostumbrados a echar mano, pudieron finalmente llegar a un acuerdo. Al cabo de 30 minutos, todos abandonaron el lugar a bordo de distintos patrulleros, presuntamente con rumbo a la comisaría donde se labraron las actuaciones por el caso, para dejar asentado lo que pasó, con las declaraciones de los padres.
Una paradoja que se abrió a partir de esto es que el hombre aceptó abandonar su casa, para que ahí permanezcan su ex y su hija. Era el lugar donde la pareja convivía hasta unas horas antes del conflicto.
La fiscal Leila Aguilar entendió que no quedó configurado ningún delito
Muchos dudan de la efectividad de las medidas de prohibición de acercamiento
Lo que la ley impone para estos casos es que la niña debe permanecer con su madre bajo el techo donde vivían. Entonces, el hombre debió irse de su propia casa. Voceros oficiales confirmaron que la mujer tiene, además, dos hijos de una relación anterior.
Por todo esto, anoticiada de lo ocurrido y, de cada uno de sus detalles, la fiscal penal en turno de La Plata, Leila Aguilar, “no adoptó ningún temperamento respecto del hombre denunciado, porque entendió que se fue con su hija a su casa. No hubo ninguna situación configurativa de un delito”, detalló un pesquisa consultado por este diario.
UN DEBATE QUE SE REAVIVA
La efectividad de las medidas asegurativas o, restrictivas de acercamiento, están en el centro del debate desde hace mucho tiempo.
Incluso los especialistas advierten que “el sistema penal y civil de medidas restrictivas es ilusorio, ya que depende de la buena voluntad del denunciado, porque no hay control del Estado”.
““Si no se toma otra medida -como sería la colocación de una pulsera o tobillera electrónica-, las órdenes de restricción son una utopía, porque su cumplimiento sólo depende del victimario”, agregaron.
Incluso algunos van un poco más allá cuando advierten que “los primeros que violan las ordenes perimetrales son los jueces, que dictan una audiencia entre víctima y victimario en un mismo lugar y a una misma hora, multiplicando el riesgo, porque no sólo la víctima se expone sino también los que la ayudan”.
La restricción perimetral es utilizada en varias partes del mundo, y en algunas funciona bien. Pero la falta de recursos la transforman en una medida ineficaz a la hora de combatir en Argentina la violencia de género y el femicidio.
La ausencia de custodias para las denunciantes y la falta de sanciones coercitivas hacen que muchas veces el abusador ni siquiera se preocupe por la misma.
OTRO DOLOR DE CABEZA
Las notificaciones, otra falencia. Muchas veces, y sobre todo en Provincia, la notificación al agresor queda cajoneada en la comisaría de la zona. Así, el atacante puede argumentar que no estaba al tanto de la restricción.
¿Qué pasa con los botones antipánico? No todos los jueces ordenan otorgarlo. Además, muchos municipios dicen que no tienen recursos para proveerlos.
Sobre esta cuestión, desde el Ministerio de Seguridad bonaerense indicaron que en los últimos años “se han solicitado y se han dispuesto más órdenes de restricción que en otras épocas” y que la implementación de estas medidas “se hace con mucho más celeridad que antes”.
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