Encerraron a dos mujeres y les ordenaron: “Cuenten hasta 200”

En sólo dos semanas y en diez cuadras a la redonda hubo tres asaltos muy violentos ocurridos bajo modalidades distintas, aunque con el factor en común de que los delincuentes actuaron a mano armada y que resultaron prófugos.

Los casos sucedieron, siguiendo el orden cronológico, en 20 entre 59 y 60, en 22 y 65 y en 55 entre 22 y 23. El último de estos episodios se produjo ayer a la mañana.

Aproximadamente a las 11, dos asaltantes irrumpieron en una casa donde estaban su dueña y una empleada doméstica, según informaron fuentes policiales.

Ni siquiera los voceros consultados conocían de qué forma lograron ingresar. De lo que sí hubo seguridad fue de que estaban armados. Así redujeron con violencia a las dos mujeres.

“Las hicieron agacharse para que no los miraran. Las llevaron amenazadas de muerte a la planta alta de la casa y las encerraron en un baño”, señalaron voceros con acceso a la denuncia.

En una revisión del domicilio, los delincuentes consiguieron encontrar dinero y además se apropiaron de una notebook y de alhajas valiosas, indicaron las mismas fuentes, consultadas por EL DIA.

“Cuenten hasta 200”, fue la orden burlona que les dieron a las dos mujeres cuando las dejaron en el cuarto de baño. Al cabo de unos minutos, ambas salieron de ahí para comprobar todo lo que se habían llevado.

A esa altura, los ladrones ya se habían escapado. Se desconoce cómo y con qué movilidad lo hicieron. Las mismas incertidumbres se tienen sobre su llegada y su posible tarea de inteligencia previa, hecha antes de concretado el asalto.

La investigación que empezó una vez conocido el caso incluirá la revisión de cámaras de monitoreo de la zona y la realización de peritajes en busca de huellas y rastros.

EN PELIGRO

Son pocas cuadras las que separan ese escenario con el de otro episodio violento cometido a mitad de enero.

El antecedente se remonta al sábado 14 cuando, en plena tarde de calor, una nena de ocho años fue encañonada mientras jugaba en el patio de la casa de sus abuelos, en 20 entre 59 y 60.

Los tres delincuentes saltaron un paredón y entraron en esa propiedad, donde sabían que se encontrarían con dos millones de pesos “que eran para pagarles a proveedores”, explicó el dueño del domicilio, que maneja tres estaciones de servicio.

Luego de pegarle a la esposa del comerciante, los ladrones se robaron ese dinero, la base de datos de las cámaras de seguridad que hay allí y las llaves de entrada.

Tres días después hubo una entradera muy violenta en 22 entre 65 y 66. Allí, cuatro ladrones esperaban arriba de un Gol Trend. Se abalanzaron hacia un hombre que, ya a la medianoche, salía a la vereda a guardar su auto.

La familia completa fue obligada a tirarse al suelo y amenazada a punta de pistola. Al dueño también le pegaron patadas en la cabeza.

“Todos estaban muy nerviosos y les temblaba el pulso. Era muy probable que a alguno se le pudiera escapar un tiro en la mitad de todo”, aseguró el hombre.

La policía pasó por ahí y notó lo que pasaba. De a uno, pudieron capturar a todos los delincuentes. “Pero es probable que los suelten, porque los atraparon sin un testigo y sin las armas encima. Pero toda la familia los reconoció”, argumentaron por entonces los propios agentes.

UNA BANDA EN LA MIRA

De cumplirse esa presunción, la banda ya habría sido liberada. ¿Los tres casos fueron obra de los mismos ladrones?

Es una de las posibilidades que se barajan, teniendo en cuenta, además, otros puntos en común que unen al último caso con el primero de la serie.

“Entraron por las casas o terrenos aledaños, cuando ya sabían lo que tenían que hacer después. Probablemente estemos ante gente que estudia de antemano cada paso a dar, incluido el horario y a las víctimas que eligen”, deslizó un investigador de estos hechos.