Las inquietudes que más responden los sexólogos
| 11 de Febrero de 2017 | 02:56

Tal vez hace unas décadas no estaba bien visto ir a un sexólogo. Es que nuestra vida íntima quedaba para nosotros, y nuestras alegrías y sobre todo nuestras dudas y temores en la materia quedaban sin consulta principalmente por una innecesaria vergüenza.
Afortunadamente muchas de esas barreras han caído y hoy día no supone ningún trastorno acudir a un profesional de la mente o del cuerpo.
Celeste Hirschman es una de las sexólogas más importantes de la actualidad a nivel mundial. No sólo se ha especializado en nuestro comportamiento bajo las sábanas, sino que también es una respetada coach de parejas y realiza estudios para la Universidad de San Francisco, EE.UU..
Consciente de que aún hoy puede existir gente a la que le dé vergüenza acudir a un sexólogo, ha publicado un artículo en el que nos cuenta cuáles son las consultas más comunes que le hacen sus pacientes, para que podamos identificarnos fácilmente con dudas que son más universales de lo que pensamos.
Estas son las 5 consultas más repetidas en un gabinete de sexología.
* Mi vida sexual es aburrida. El gran mal que afecta a las parejas en la cama es la monotonía. Ella, como cualquier sexólogo que se precie, nos recomienda abrir nuestras mentes. Probar cosas nuevas. Una excelente práctica es la de meternos en la cama con nuestra pareja para mantener sexo pero olvidándonos de la penetración, simplemente siendo dos personas que exploran el cuerpo del otro con curiosidad y paciencia. Y para que esto resulte debemos abrirnos ante nuestro compañero de cama. Por ello, la clave está en la comunicación.
* Mi pareja está obsesionada con el sexo. En el otro extremo, encontramos esta consulta. Como la sexóloga advierte, el empleo del sexo como obsesión tiene poco que ver con nuestro cuerpo y sí con nuestra mente. Por ello, es igual de recomendable acudir a un psicólogo en lugar de un sexólogo para encontrar la raíz del problema.
* Problemas de eyaculación precoz. No sólo ellos acuden con esta duda a los gabinetes. Ellas también exponen este hecho preguntándose si tienen la culpa de ello o si podrían hacer algo para solucionarlo. La respuesta es siempre la misma. No ceñirse a la penetración y tener sesiones de sexo con parates en el que el hombre estimula a su pareja sin necesidad de usar el pene. Así, el hombre empezará a controlar poco a poco el tiempo de su eyaculación mientras la mujer puede seguir disfrutando.
* Infidelidad por falta de sexo en la pareja. De nuevo, un problema más mental que corporal. La doctora insiste en que una infidelidad no tiene que marcar el fin de una relación, sino que debe servir para que el infiel haga balance de su vida y de su relación, mientras que la persona engañada tiene que entender que su pareja no busca hacerle daño, sino escapar o evitar una confrontación. Cada caso debe analizarse por separado.
* No tenemos tiempo para el sexo. Aunque podemos comprender que haya parejas que culpen a la falta de tiempo del descenso de su vida sexual, todos somos conscientes de que siempre que haya voluntad, habrá tiempo para mantener relaciones. Este problema viene dado en la mayoría de las ocasiones por la apatía en la pareja, que no ve necesario hacer el esfuerzo de reconectar con su ser amado y prefiere tirar por la borda toda su vida sexual con tal de no afrontar el verdadero problema: el distanciamiento entre ambos. Por supuesto, el consejo de los sexólogos será siempre hacer frente a los problemas que hayan podido llevar a esta situación y, de nuevo, mucha comunicación.
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