Tragedia en Uruguay: murió una familia platense en un choque con delincuentes

Cinco ladrones que escapaban de un robo en una financiera de la localidad uruguaya de Libertad tomaron ayer una ruta a contramano y, para que no los viera la policía, apagaron las luces del coche. Tampoco los vio una familia platense que estaba de vacaciones en aquel país y viajaba hacia Colonia, para volver a Argentina. El matrimonio y una hijita murieron allí mismo, mientras que otro hijo falleció en el hospital. De los cinco delincuentes, solamente sobrevivió uno.

Horas después se supo que la buzonera y la caja que se llevaron de la financiera no tenían más que unos cuantos papeles sin valor.

SIN LUCES Y A CONTRAMANO

La tragedia se desencadenó alrededor de las 2.40 de la mañana en el kilómetro 48 de la ruta 1, a la altura de la localidad de Libertad, por donde Gastón Monti, un suboficial de policía de 34 años; su mujer Jésica Nuñez Quintana, maestra jardinera de 33, y sus hijos Ignacio e Isabela, de 8 y 2 años, viajaban en su automóvil Toyota de color blanco.

Habían ido a pasar unos días con la abuela y tíos de Romina (como la conocían en la intimidad a Núñez Quintana), que son uruguayos, y habían festejado el cumpleaños de 15 de una de sus sobrinas. Ayer iban por el carril que conduce de Montevideo hacia el puerto de Colonia, donde tenían previsto tomar el Buquebús que los traería de regreso a Argentina.

Mientras tanto, cinco hombres, uno de 47 años, otro de 30, otro de 20, y dos de 19 años cada uno, acababan de entrar a robar en un local de la financiera “Anda” (Asociación Nacional de Afiliados), dedicada a dar préstamos para consumo, garantía de alquileres y servicio odontológico, entre otros.

Como rompieron un vidrio, se disparó la alarma y ellos se apuraron en cargar las cajas fuertes en un Volkswagen Gol rojo, sin revisar lo que tenían adentro.

Un patrullero comenzó a seguirlos. Y los asaltantes quisieron despistarlos tomando a contramano por la Ruta 1, en dirección a Montevideo, pero por el carril que conduce a Colonia. Iban a toda velocidad y con las luces apagadas.

Tras dos kilómetros de persecución, los ladrones impactaron de frente al Toyota de los platenses, lo que fue presenciado por los policías que iban detrás del Gol.

“La zona del siniestro es una vía de dos manos, muy segura, pero qué se iba a imaginar esta familia que le iba a venir un auto de frente y sin luces”, expresó la jefa de bomberos de de la Policía Nacional de Uruguay, Mariela Vivone.

La pareja e Isabela murieron en la escena, mientras que Ignacio fue trasladado en estado crítico al hospital de San José, donde falleció. Cuatro de los delincuentes murieron también en el lugar y un quinto fue rescatado por los bomberos de Libertad y trasladado al hospital local en grave estado, dijeron las fuentes.

“Los autos quedaron prácticamente destrozados por el impacto y la ruta estuvo cortada ya que los peritos y los bomberos trabajaban en el lugar”, expresó el vocero de la Dirección Nacional de Policía de Tránsito de Uruguay, Fernando Caballero. En el lugar del impacto se encontraron las cajas fuertes robadas. Por su parte, el cónsul argentino en Colonia, Daniel Plaza, se puso en contacto con los familiares de las víctimas para iniciar el proceso de repatriación de los cuerpos, una vez que se realicen las autopsias.

DEVASTADOS

Gastón Monti era oficial subinspector de la policía bonaerense y estaba asignado a la custodia de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto (ver aparte). Su esposa, Jésica Núñez, era maestra jardinera y trabajaba en la guardería Garabatos, en 45 entre 9 y 10. Estaban casados desde hacía 9 años y vivían en El Retiro, en la zona de 44 y 160.

“Habían viajado pocos días atrás a visitar a la familia de Jésica, que es de allá y estaban volviendo porque dentro de poco Gastón se reincorporaba” al servicio, contó a este diario Daniel, tío político del muchacho. Confirmó que el embajador argentino en Uruguay “estuvo en contacto permanente con la familia y todos los jefes de Gastón pasaron por acá para ponerse a disposición”, dijo Daniel en la puerta de la casa de los padres de Monti, en 27 entre 39 y 40.

Por allí también desfilaron sus compañeros de la Policía (donde ingresó hace tres años), que, al igual que otros allegados, se acercaron para contener a una familia que no encuentra respuestas ni consuelo a semejante tragedia.