Que el árbol no tape el bosque

Pese a la agónica clasificación del Sub 20 al Mundial de Corea (ver aparte), las desprolijidades han diezmado a las selecciones juveniles de Argentina y tienen a la AFA como máximo responsable. Es que las cosas no suceden de un día para el otro y aunque la foto del Rusito Ascacíbar (con la cinta de capitán) aparece en todos lados como la imagen emblemática del seleccionado juvenil, ellos, los pibes, son los menos culpables del desastre institucional que tiene cercado a nuestro fútbol. Para encontrar la raíz a todo esto, hay que irse atrás en el tiempo, mucho más atrás de este Hexagonal lleno de dudas disputado en tierras ecuatorianas, donde hay que hacer un ejercicio mental y remontarse a la renuncia del Tata Martino como entrenador de la Mayor y también a la caótica previa de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, donde el equipo armado a último momento por el Vasco Jorge Olarticoechea, quedó eliminado en primera ronda.

¿Qué se hizo desde la AFA? Uhmmmm. Solo embarrar la cancha y no brindar ningún tipo de soluciones; por eso este presente lleno de dudas de la Sub 20, es la consecuencia de una pésima gestión que viene de arrastre, y que no sólo incluye a las Juveniles sino también a la Mayor. Por ejemplo, hace sólo un par de meses atrás, esta categoría no tenía entrenador y la Comisión Normalizadora de la AFA realizó un “casting de técnicos” para encontrar a los nuevos entrenadores de las Juveniles argentinas (no sólo la Sub 20, sino también la Sub 17 y la Sub 15). Se presentaron en total 44 carpetas. ¿Cuántas se eligieron? Ninguna.

Sin embargo, finalmente fue Ubeda el elegido, un DT que en ese momento estaba dirigiendo a la Reserva de Racing y que no había presentado ningún proyecto, pero que fue recomendado por Gerardo Salorio, su actual preparador físico. La confirmación en el cargo fue el 15 de octubre de 2016. O sea, a apenas 95 días del que sería el debut de Argentina en el Sudamericano de Ecuador, ante Perú. Su primera práctica en el predio de Ezeiza sirvió como síntoma: acompañado por Fernando Batista (su ayudante de campo) y Gerardo Salorio, Ubeda contó con 14 de los 31 citados, ya que muchos de los seleccionados estuvieron afectados a partidos de Reserva. Al cabo, el único torneo internacional que la Sub 20 disputó antes del Sudamericano de Ecuador sucedió en agosto de 2016, cuando Ubeda no había asumido y Argentina fue con un cuerpo técnico improvisado al mando de Ariel Paolorossi (el torneo L’ Alcudia, en España). Lo cierto es que esa falta de preparación por hacer todo a las apuradas terminó siendo clave en el presente de la Selección, que en este Sudamericano, mostró todas las caras posibles y terminó clasificada al Mundial, de casualidad: entrando por la ventana.

Como se dijo antes, ellos: los pibes, son los menos culpables de la situación. Por eso quizás las lágrimas del grupo junto al Profesor Salorio y Claudio Ubeda, le pongan un manto de piedad a la situación y los libere justamente a ellos, del desbarajuste en el que está sumergido el fútbol nacional.