Para el teatro, fue un verano muy frío

Los números que semana a semana entrega la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales (AADET) sobre el andar del teatro en las boleterías de la Costa y Carlos Paz refleja una realidad que ya preocupaba a los hombres de teatro antes del inicio de la temporada: la baja asistencia del público a las salas se combinó con una afluencia de turistas menor a otros años para traer serias dificultades para completar las salas a la mayoría de los shows.

Es la culminación de una crisis que se olfateaba ya desde el año pasado y que comenzó este año con el cierre de varios teatros y una oferta de menor jerarquía que en otras temporadas, donde actores de la talla de Darín ofrecían una variante a los espectáculos humorísticos basados en las figuras televisivas.

Ha sido este tipo de shows, una vez más, el que mejor ha funcionado en la taquilla, con “El otro lado de la cama” como la obra más elegida por el público en Mar del Plata, seguido de la sorpresiva Luzy Tagliani. En Carlos paz, en tanto, otra gran apuesta de producción de Flavio Mendoza, “Mahatma”, se impuso a algunas propuestas revisteriles de poco arrastre en la audiencia: “Abracadabra”, la obra de Peter Alfonso y Flor Vigna, quedó en segundo lugar.

Pero otras ficciones basadas en personalidades televisivas no anduvieron tan bien, en un verano que reflejó cómo, a medida que la televisión pierde su poder de magnetismo sobre la gran audiencia en manos de otras ofertas y pantallas, las obras de teatro basadas en figuras televisivas se vuelven menos populares en las boleterías.

“Fue una temporada singular, difícil: actores de gran renombre tuvieron que salir a panfletear por la peatonal. Y no estamos hablando de teatro independiente, porque todos los que hacemos teatro independiente lo hemos hecho: estamos hablando de producciones comerciales. Un síntoma de que se estaba necesitando atraer más publico al teatro”, reveló el director teatral Gastón Marioni, galardonado con el Estrella de Mar a mejor espectáculo infantil por “Cantando sobre la mesa”, sobre las dificultades que enfrentó el teatro este verano.

“La temporada está fría”, reconoció el productor Javier Faroni, uno de los impulsores de la temporada estival de espectáculos en Mar del Plata desde hace casi tres décadas, aunque intentó poner paños fríos a la situación: “En cuanto a números está muy similar a la del año pasado, algo que para lo que preveíamos no está nada mal”.

Faroni agregó que “las reglas cambiaron respecto a cómo fueron durante 70 años”, aunque apuntó desde Twitter contra la política que, en su opinión, no colaboró a promocionar la temporada y, para colmo, opuso un gran volumen de espectáculos gratuitos que compitieron con los shows pagos.

Los problemas, desde ya, exceden la pelea entre espectáculos oficiales y privados, la falta de variedad en la oferta o el enfriamiento de la pantalla televisiva: los destinos turísticos se han ampliado considerablemente, muchos argentinos viajaron al exterior, y otros vacacinaron con poco dinero durante unos pocos días; y gozaron de múltiples propuestas, desde shows y música gratis hasta un cine recargado de candidatas de Oscar, a una fracción del precio de la entrada teatral. El teatro, esta temporada, no fue la vedette de la noche.

Todo, en el marco de una crisis global del teatro: “El 82% de las obras de Broadway no dan ganancias”, reconoció el productor argentino que trabaja en la meca estadounidense Diego Kolankowsky, un panorama, afirma, similar o peor al argentino.