Se lo vio inmutable, como si “hubiera cometido un hurto”
| 16 de Febrero de 2017 | 01:54

El 23 de diciembre pasado Maruja Chacón Pérez cumplió 50 años y lo celebró en el garaje de la casa de Ensenada donde vivía con Shirley, la menor de sus tres hijos.
La mayor, Kimberly, llamó a su madre desde Perú para saludarla y le “dijo que había ido este amigo, con una torta y un regalo”, contó la chica. El amigo en cuestión no era otro que Hugo Hidalgo, o Hugo Marcos Amiel, como lo conocían Maruja y Shirley y se presentaba él en su muro de Facebook.
La joven habló por teléfono con el misterioso desconocido, quien parecía “muy amable y prometió cuidar bien de mi madre y mi hermanita”. recordó Kimberly. Hidalgo le habría ofrecido a Maruja trabajar como barrendera en una empresa de limpieza por 7.000 pesos, y hasta habría prometido conseguirle un empleo parecido a Shirley, quien había pasado al tercer año en la Escuela 13 de Ensenada.
la oferta laboral
Chacón Pérez era enfermera. Básicamente, “cubría francos en hospitales como el Rossi, el Gutiérrez y el Cestino”, pero además cuidaba ancianos y enfermos a domicilio.
“Siempre que le salía algo iba a cubrirlo. No trabajaba más porque el día no tiene más horas”, destacaron sus vecinas. Por eso nadie duda de que le tentó la idea de conseguir un sueldo fijo. Lo que todavía nadie sabe es cómo se contactó Maruja con este electricista de la empresa Media Caña, que renunció a su puesto el 1 de febrero, porque se había “mandado una cagada”, dijeron sus compañeros.
El fiscal Marcelo Romero tiene por cierto que el acusado y Maruja “tenían una relación sentimental”, aunque nadie puede asegurar que se tratara de un vínculo formal. ¿Era incipiente?
En una foto que la mujer posteó en Facebook el 10 de diciembre pasado se la ve sonriente y brindando junto a “Hugo Amiel”, a quien le agradece por ser “buen anfitrión”.
¿Hidalgo intentó convencer a la mujer y a su hija de ejercer la prostitución (cargos de los que fue acusado en Paraguay)? ¿O atacó sexualmente a la adolescente y su madre reaccionó?
Una testigo que aquel fin de semana del 28 y 29 de enero estaba acampando en el camping policial ubicado a pocos metros declaró que en la casa donde aparecieron los cadáveres escucharon los ruidos de una fiesta, voces de varias personas y a una chica que pedía “dejame, no me toques”.
Maruja fue atacada a puñaladas por la espalda (la mortal la recibió en la nuca) y en ese momento vestía un ambo gris. ¿Había ido a trabajar a la tarde y luego fue a la casa de Punta Lara? La adolescente no tenía más ropa que una remera. Por lo pronto, todas son especulaciones. Y habrá que esperar por lo menos un mes para saber si las víctimas fueron violadas, ya que por el estado en que estaban los cuerpos fue imposible determinarlo en las autopsias que se hicieron el martes. En su indagatoria ante el fiscal, el acusado se mostró ayer “imperturbable; como si se le leyeran los cargos por hurto”, confió una fuente judicial.
La hija mayor de Maruja viajó días atrás a La Plata y se puso en contacto con los investigadores del gabinete de Homicidios de la DDI La Plata para interiorizarse de la causa y aportar algunos datos, siempre acompañada por las autoridades del consulado de Perú.
Su intención es repatriar los cuerpos a su país, cuando la justicia lo autorice.
sacar provechos del drama
En medio de tanto espanto, Kimberly Barrientos tuvo que participar de un procedimiento policial por un episodio que provocó bronca e impotencia.
Desconocidos entraron en la vivienda de Maruja y Shirley, en Moreno 235, y robaron pertenencias de las víctimas, informaron fuentes oficiales.
Una investigación por el barrio condujo a los policías hasta un domicilio de la zona de Moreno y Marqués de Avilés, donde demoraron a tres jóvenes y recuperaron los elementos robados, detalló la secretaria de Seguridad de la Municipalidad de Ensenada, Susana González.
Según la funcionaria, todos recuperaron la libertad.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE