Juan José Sebreli: un viaje por el laberinto de las religiones
| 5 de Febrero de 2017 | 00:23

El último libro de Juan José Sebreli –uno de los intelectuales más originales y brillantes de nuestro país- propone un viaje fascinante y asombroso por el laberinto de las religiones. Es una obra difícil de clasificar: combina el ensayo filosófico con el abordaje histórico; el análisis teológico con una aguda mirada política y la información con opiniones arriesgadas e interpretaciones audaces.
“La vida y las muchas lecturas me transformaron en un outsider de la filosofía y la política, o en una palabra fuera de uso: un librepensador”. Así define el propio Sebreli en la introducción a su obra. Y explica desde dónde escribe: “He sostenido mis posiciones siempre en mi nombre sin adherir a dogma alguno. En materia religiosa desemboqué en el agnosticismo y lo considero hasta hoy la perspectiva más adecuada para una visión racional, humanista y crítica”.
Sebreli lleva al lector hasta el origen del cristianismo, para llegar después a analizar la teología de la liberación y el papel de los “curas villeros” en los tumultuosos años setenta de la Argentina, sin escapar a un controvertido enfoque sobre el Papa Francisco, el neopopulismo cristiano y el terrorismo islámico, entre otros fenómenos.
“Dios en el laberinto” -ése es el título del libro- empieza por analizar la religión en el presente. Allí habla de la brecha que se ha abierto entre la ortodoxia religiosa y las costumbres sociales. Y de los problemas que ha tenido la Iglesia para adaptarse a las transformaciones que han revolucionado los hábitos de vida. “La dificultad de las religiones para integrarse al mundo moderno comienza con el rechazo de los cambios científicos a partir del siglo XVI… Cuatrocientos años después, la Iglesia seguía teniendo problemas con las profundas transformaciones ocurridas a mediados del siglo pasado en los hábitos y costumbres y los actuales estilos de vida, desde los más superficiales como la masificación del consumo o el crecimiento de los medios de entretenimiento, hasta los más profundos como la conquista de las libertades individuales, la igualdad de la mujer y la liberación de las relaciones sexuales”.
Desde este análisis general, Sebreli “aterriza” luego en una zona que incluye nombres y apellidos. Describe a Francisco como “un Papa populista”; habla de los líderes de la Iglesia contemporánea en la Argentina y escruta hasta la vida cotidiana de referentes como el cura Mugica o el sacerdote Julio Meinvielle. Analiza las vinculaciones entre la Iglesia y los montoneros y los vínculos con el denominado neopopulismo en América latina.
Sumergirse en esta última obra de Sebreli es sumergirse, entonces, en el pasado remoto, la historia reciente y los dilemas contemporáneos. Es, como se dijo, navegar entre la filosofía, la teología y la política. Es encontrarse con una posición singular y original, pero también con una abundante y rigurosa información que hace que, por momentos, también parezca un apasionante libro periodístico.
Sebreli es un intelectual con extraordinario bagaje, pero además con una valentía y una originalidad que ha llevado a que muchos lo definan como un francotirador. El jurista Carlos Fayt había dicho de él: “¿Quién no se enojó al leer algún texto de Sebreli que, seguramente, dice algo que uno no hubiera querido leer? No obstante ello, el enojo se disipa rápidamente, porque en ese texto que nos disgusta sabemos que hay un examen certero de los hechos; un análisis reflexivo de los conceptos, los juicios y los valores que se refieren a la cuestión, así como una investigación. Y, lo más importante, una verdad dicha con estilo y amenidad envidiables, por una persona valiente que, con sus actos, sus palabras y su ejemplo, descubre cuánto de lo indigno se oculta detrás de lo 2 `políticamente correcto`”.
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