Postales de un fenómeno que no perdonó ningún rincón de la Ciudad

Las tremendas ráfagas de viento que azotaron la Región dejaron como saldo un paisaje desolador en el casco urbano de la Ciudad y en las distintas localidades de la periferia que lo rodean: voltearon árboles gigantes que fueron arrancados de cuajo y que terminaron atravesando todo el ancho de las calles; tiraron abajo ramas y partes de gruesos troncos de todos los parques y plazas; derribaron chapas y cargas de techos, como así también cerramientos de obras; y dejaron un tendal de postes y cableados del servicio de luz en el piso.

Son innumerables los inconvenientes y destrozos que produjo el temporal de viento. A cada paso ayer, a partir de las dos de la tarde, había obstáculos de todo tipo en las veredas y las calles, con obstrucciones parciales o totales en las calzadas.

El patrimonio forestal de la Región fue devastado, pues además de la enorme cantidad de arbolado de las veredas que se vino abajo en los espacios verdes el viento cercenó numerosos ejemplares.

Hubo otro tipo de daños porque volaron por el aire techos y marquesinas comerciales, cayeron, como piezas de dominó, cientos de postes con tendidos eléctricos y estallaron numerosas de vidrieras de comercios.