Balearon a un joven y golpearon a otro en un asalto en La Loma

En 43 entre 24 y 25, ayer cerca de las 3 de la tarde, dos hombres jóvenes pasaban caminando en direcciones opuestas. No se conocían y ni siquiera son vecinos. Sin embargo, la casualidad quiso que los dos terminaran siendo víctimas de un asalto salvaje.

En su camino se interpuso un delincuente armado que, sin hacer ninguna distinción, los amenazó a los dos para sacarles sus celulares y otras pertenencias.

Lo que pasó a continuación quedó en discrepancia según qué fuente se tiene en cuenta. Para algunos voceros, uno de los dos pretendió hacerle frente al ladrón, que estaba acompañado por otro cómplice en una moto tipo enduro.

Pero también hubo informantes que dudaron de esa versión y se limitaron a decir que esa circunstancia aún se está investigando.

Como haya sido, las fuentes coincidieron en que a uno de los peatones le pegaron un fuerte culatazo en la cabeza para amedrentarlo.

El resultado fue que el delincuente se apoderó de una mochila y de, al menos, un celular.

“Cuando se estaba por ir, el delincuente disparó dos veces. Uno de los dos tiros impactó en el otro joven, al que no le habían pegado de entrada”, indicaron los voceros que trabajaban ayer durante los peritajes.

Ese proyectil, de calibre chico, dio en el muslo de la pierna izquierda de Velmard Mazza (29), de acuerdo a la identificación hecha por los efectivos.

Como suele ocurrir, el asaltante y su cómplice se alejaron con rapidez del lugar y no pudieron ser encontrados en los operativos que se hicieron luego por La Loma y alrededores.

El herido debió ser llevado en ambulancia al hospital de Gonnet, donde se evaluó su cuadro y, aparentemente, se estableció que no sufrió lesiones de gravedad.

Aproximadamente a las 18 fue cuando se vio sobre calle 43 un despliegue policial en el que se encontraron las dos vainas servidas “de un calibre chico” que quedaron en la vereda luego del salvaje ataque, añadieron los voceros.

Una versión dio cuenta de que “esos mismos motochorros habían cometido otro robo a la vuelta, sobre calle 24, un minuto antes”.

De ser eso cierto, el peatón pasó de ser testigo ocasional a víctima de los delincuentes, que “lo esperaron atrás del tronco de un árbol” para ir también a asaltarlo a él.