Allanamientos en busca del acusado de matar y enterrar a una mujer y a su hija
| 9 de Febrero de 2017 | 01:47

La investigación por el doble femicidio de una ciudadana peruana y su hija adolescente se enfocó en las últimas horas en la búsqueda del principal sospechoso, un electricista de 42 años que había pedido prestada la casa donde aparecieron enterrados los cuerpos y hace una semana renunció a su trabajo porque, dijo, se había mandado “una cagada”.
A pedido del fiscal Marcelo Romero la Policía hizo ayer cuatro allanamientos en viviendas de allegados al acusado, Hugo Orlando Hidalgo (42), con la sospecha de que podría haber buscado refugio en alguna de ellas. Sin embargo, no lo encontraron. Esos registros se hicieron en Punta Lara, Ensenada, Berisso y La Plata, informaron fuentes judiciales.
Mientras tanto, detectives de la DDI rastrean a Hidalgo analizando cámaras de seguridad, entrecruzamientos telefónicos, redes sociales y testimonios de gente que lo conoce, entre otras medidas. El pedido de captura tiene alcance internacional, aunque los pesquisas dudan de que el sospechoso disponga de medios suficientes para dejar el país.
Maruja Chacón Pérez (50) y su hija Shirley Cielo Barrientos (15) fueron enterradas en una casa de Almirante Brown 319, frente al río, a metros del Palacio Piria y el camping policial. El dueño de esa edificación trabajaba con Hidalgo en la empresa “Media Caña”, contratista de YPF, y, según declaró, días atrás el ahora imputado le pidió que se la prestara “para ir con unas mujeres”, dijo un investigador.
Como el hombre no la estaba usando, accedió. Y fue él quien el martes a la madrugada les marcó a los policías que un sector debajo de la parrilla tenía la tierra removida, lo que le resultó muy extraño.
El fiscal, que estaba en la escena junto con peritos y bomberos, ordenó entonces excavar en ese sitio, y a unos 80 centímetros de profundidad encontraron una frazada rosa que envolvía una bolsa de nailon transparente: era el cuerpo de la menor. Luego había otra bolsa con un cuchillo, ropa interior y zapatillas, y, debajo de una capa de tierra, envuelto en una frazada oscura con una bolsa de consorcio negra, estaba el cuerpo de la mujer.
Por el avanzado estado de descomposición que presentaban los cadáveres, los expertos resolvieron no retirarlos de las bolsas y exponerlos a 72 horas de frío antes de hacerles las autopsias, lo que sucedería el viernes.
Recién entonces se sabrá cómo las mataron, cuándo y si fueron atacadas sexualmente.
LO QUE SE SABE Y LO QUE FALTA
En el mediodía del sábado 28 de enero pasado Maruja y Shirley salieron de su casa situada en Moreno 235, de Ensenada, para ir a la de un amigo, en Punta Lara. Se supone que iban a encontrarse con un sujeto al que ellas conocían como Hugo Marcos Amiel, que no sería otro que Hugo Orlando Hidalgo, alias “Ninja”. “Así figuraba en su perfil de Facebook”, explicó un investigador.
Después de ese día, a las dos mujeres se les perdió el rastro. Como Maruja tenía por costumbre saludar a diario a sus contactos de Facebook (ver aparte), sus hijos se preocuparon al notar que no lo hacía. Tampoco los contactaba por Whatsapp, ni contestaba los llamados.
Se comunicaron entonces con los amigos de Maruja para pedirles que fueran a su casa para constatar que estuvieran bien, pero la respuesta que obtuvieron les preocupó todavía más: “Nunca estaban y mi mamá no hubiera dejado tanto tiempo solos a sus dos perritos”, aportó Kimberley, su hija. Su hermano, Douglas Barrientos, reveló que tiene una grabación telefónica en la que su madre clama “por favor, no quiero morir”.
“Tenemos un audio que grabó una de las amigas de mi mamá cuando la llamó, donde mi mamá está pidiendo auxilio, decía ‘por favor, no quiero morir’, y de fondo se escucha a mi hermana, que decía ‘salí, salí’”, contó.
A pedido de la familia, el 4 de febrero una allegada a las víctimas radicó la denuncia por averiguación de paradero en la comisaría Primera de Ensenada. La búsqueda terminó con el peor resultado.
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