Podría haber sido peor

“Podría haber sido mucho peor”. Esta es la conclusión casi unánime de quienes estuvieron este fin de semana en Olavarría. Fue terrible, por supuesto. Hay dos muertos, dos heridos graves y un número indeterminado de personas perdidas en medio de una ciudad que ha quedado exhausta después del descontrol. Pero la desorganización y los riesgos fueron de tal magnitud que nadie duda: “Podría haber sido mucho peor”.

Lo increíble es que nadie haya advertido que algo así podía pasar. Las declaraciones y mensajes del intendente de Olavarría antes del recital se han convertido en una prueba clara de la falta de previsión y de conciencia sobre los riesgos que se corrían. No parecía, en absoluto, una autoridad preocupada por las implicancias de que su ciudad recibiera, en un solo día, a una multitud equivalente -por lo menos- al doble de su población estable. Desbordaba un optimismo y una alegría que ahora suenan desubicadas.

Ni antes ni después las cosas funcionaron bien. Una jueza tomándole declaración a Solari en su propio hotel tampoco parece haber sido una actitud acertada. ¿Cuántas testimoniales se toman “a domicilio”?

Hay demasiadas preguntas sin respuesta. Y demasiadas alertas que se pasaron de largo.