Diez años de teatro por y para los vecinos
Edición Impresa | 18 de Marzo de 2017 | 02:14

La Caterva, el grupo de teatro comunitario de City Bell, celebra este año sus diez años de vida, un aniversario al que llegan con el orgullo y la felicidad de saber que han comenzado a cosechar todo lo sembrado durante todo este tiempo.
Bajo la dirección general de Pablo Negri, La Caterva es uno de los grupos de teatro comunitario más consolidados en la región, haciendo “teatro por y para vecinos”, tal una de las definiciones de este tipo de manifestación artística cuyos orígenes, a nivel nacional, se remontan a mediados de la década del ochenta, de la mano del conjunto Catalina Sur en La Boca.
Sin distinción de edades y ocupaciones, del grupo forman parte desde niños de ocho años hasta jubilados de 88, como Maruca, una de sus fundadoras.
Es que para su director y gestor, lo que tiene el teatro comunitario es un “sentido de pertenencia innato”, que hace que cualquiera se pueda llegar a sentir parte, más allá del tiempo que lleve dentro del grupo .
“A diferencia del teatro independiente, se rompe un poco esa cuarta pared. En el teatro comunitario, esa distancia entre el actor y espectador se mezcla porque estamos contando cosas que nos atraviesan a todos: vivencias del barrio, cuestiones en común, y eso hace que uno sienta que puede participar”, manifiesta Negri, en diálogo con EL DIA.
Silvana Moreno, integrante de La Caterva, agrega que esta característica se potencia con la forma de trabajo que mantienen, que no es “ni estructurada ni sistemática”, y que se basa en tres pilares: lo escénico, lo musical y la plástica. “Trabajamos a partir de juegos e improvisaciones, con una dinámica horizontal en la que todos participan en la creación de textos y canciones, y eso hace que haya un sentido de pertenencia aún mayor”, remarca.
EL ORIGEN
La Caterva surgió en City Bell en un momento particular cuando, a fines de 2006, algunos vecinos manifestaron públicamente su inquietud sobre cómo iba cambiando la fisonomía del lugar.
“Hubo un hecho muy puntual, que fue el abrazo simbólico al Club Atlético que se hizo en ese año, porque ocupaba un predio mucho más grande al que ocupa hoy, y ese predio se logró defender por esa movida de vecinos. A partir de todo ese movimiento, surgió la propuesta de algunos vecinos que tenían alguna experiencia y conocían al teatro comunitario de formar La Caterva”, cuenta Negri, quien ayudó en su fundación, con los conocimientos adquiridos en el grupo Los Dardos de Rocha, del que formó parte.
En aquel entonces, el avance comercial e inmobiliario asustó a gran parte de la comunidad. “Hay una cuestión inexorable, que es la modernidad. City Bell, hace cincuenta años, tenía muy pocos habitantes. Después la gente comenzó a mudarse, se instaló, tuvo un auto, dos. Tampoco se puede ir en contra del progreso pero sí vamos en contra del avasallamiento de algunos valores más tradicionales”, aclara el director.
Precisamente a esto se refiere “Escenas de la vida cotidiana”, uno de sus espectáculos anteriores. “Hay una escena que habla sobre los muros de cemento de ladrillos que avanzan sobre los cercos verdes, que es algo que se ha perdido y que también impide un poco la comunicación entre los vecinos. Nosotros decimos siempre que la mayor seguridad es estar en contacto con el vecino. Saber de tu vecino día a día es la verdadera garantía, tal cual dice nuestra canción”.
BIEN POSICIONADOS
A este aniversario llegan contentos y conformes. Después de varias temporadas en su primer hogar, la Plaza Belgrano, no hace mucho se mudaron a una casa propia -3 esquina 12 (14b y 471)- que alquilan con mucho esfuerzo (sin apoyos: ni público ni privado-), entre colaboraciones de sus integrantes, bonos contribución, el aporte de sus Amigos del Teatro La Caterva y las gorras solidarias.
Y también llegan con el compromiso renovado y las energías recargadas después de haber participado, el año pasado, del décimo encuentro nacional de teatro comunitario que se hizo en Salta y al que fueron en patota, más de sesenta caterveros, en una experiencia que definen como enriquecedora y fundamental.
Posicionados como referentes de otros grupos de la zona, La Caterva sigue creciendo y sigue soñando con poder ofrecer su espectáculo insignia, “Templo, Estancia, Batallón” (ver aparte) en el mismo lugar donde ocurrieron los hechos que se relatan: junto al Casino de Oficiales de la Agrupación de Comunicaciones 601 del Ejército, que fue, originariamente, la casona de la familia Bell.
“Anteriormente ahí hubo un convento jesuita, en 1690, y después entre 1806 y 1807, los ingleses hicieron campamento, en su paso de la Ensenada de Barragán a Buenos Aires, en las invasiones inglesas. Es un lugar muy rico en historia, que la mayoría de los citibelenses desconoce, porque siempre estuvo cerrado a la comunidad. Nosotros queremos que se abra, que vayan las escuelas, que la gente pueda ir”, relata Negri, y cuenta que en 2014 casi materializaron su deseo pero después se complicó. De todos modos, indica, “no perdemos las esperanzas de poder hacerlo ahí algún día”.
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