Opinan los lectores

Tren eléctrico y barreras

Gerardo Romero Cruz: “Se cierne una tormenta urbanística sobre La Plata de dimensiones desproporcionadas. Y nadie puede decir que no se vio venir porque entidades de bien público y profesionales y vecinos desde hace mucho vienen alertando que cuando el tren eléctrico llegue a nuestra ciudad, el problema de las barreras será tremendo; con la frecuencia de trenes anunciada y aún en el caso de que la llegada de una formación se coordine perfectamente con la partida de otra, algo más que improbable, las dos barreras de la Plaza Alsina y las dos de 1 y 32, permanecerán casi más tiempo bajas que levantadas y así, se formarán grandes embotellamientos; ante ello, mucho al llegar a La Plata por la Autopista, en vez de seguir por la 532, lo harán por Diagonal 80 o por Diagonal 74 para bajar por 115 buscando pasar las vías por 1 y 44 y en ambos casos, el tránsito también colapsará. La idea de los pasos bajo nivel fueron desoídas. El domingo 5 de marzo se hizo una prueba con el arribo del tren a City Bell; aunque muy demorada la obra avanza y algún día llegará a La Plata. Hay gobernantes que no toman previsiones, pero instándolos a hacerlo también siguen cruzados de brazos; ellos serán los culpables”.

Gremios docentes

Humberto Guglielmin señala: “No estoy para nada conforme con el sueldo docente actual, pero comencemos por no seguir perdiendo ante la inflación que ahora parece estar siendo domesticada y el gobierno asegura que esa pérdida no se dará; por eso los gremios no pueden manejarse con demandas propias de una economía fuera de control. Hacerlo es demagogia barata y un intento de volver a un despreciable pasado donde los que se beneficiaban fueron pocos. ¿Por qué los políticos y los gremialistas quieren perpetuarse en el poder? Hace poco me retiré luego de cincuenta años de docencia al frente del aula y me duele decir que en los años sesenta nuestro salario tenía mayor poder adquisitivo que hoy, y nuestra obra social de entonces funcionaba correctamente. Cómo pudieron los gremialistas docentes tolerar el saqueo de IOMA, la caída hacia el abismo de la escuela pública, el deterioro de la calidad de los docentes, la creciente deserción escolar en todos los niveles a pesar de las directivas para impedir las repitencias y sanciones por indisciplinas graves. Parecería que en estas décadas nuestros gremialistas no vieron nada de este desastre y sólo aparecían para los reclamos salariales de febrero”.

La economía

Miguel Ángel Reguera opina: “La economía puede ser definida de muchas formas, entre ellas se puede afirmar que es también ´un estado de ánimo`. Las expectativas positivas, el optimismo, contagian decisiones que impulsan un ciclo económico expansivo. Del otro lado si los espíritus animales´, que según John Maynard Keynes tienen que ver con nuestra propia naturaleza o características humanas no están del mejor humor y el negativismo, el pesimismo o las expectativas negativas impulsan la acción, se retraen el consumo, cae la inversión, se achica la producción y el mercado. En nuestro actual contexto socio-económico debe el Gobierno hacer todo lo contrario de lo que hizo hasta ahora, pues influye de manera negativa sobre las expectativas. Un país como el nuestro que ha vivido los últimos 60 años con tasas de inflación de 2 dígitos, ha creado una cultura adaptativa a la inflación, pero no estamos preparados para sufrir más desempleos. El gradualismo puede ser aceptado de buena gana en materia de inflación, pero el sumir a más personas en la desocupación e indigencia es socialmente inaceptable y políticamente constituye un auto-daño del que es difícil volver”.

Manifestaciones

Jorge Omar Alonso indica: “Desmanes y vandalismo en una marcha masiva de mujeres, con pintadas ofensivas en edificios públicos y escuelas; reclamando el aborto legal. Y por otro lado incidentes en el cierre del acto de la CGT: golpes, empujones y botellazos. Todo en una semana de febrero. Así, este país marcha rumbo al crematorio. Esta sociedad le da ventajas al mal. Convive con él. El mal en nuestro país tiene todas las mejores cartas, por eso que siempre gana. Es por eso que marchamos a convertirnos en cenizas de lo que fue en otro siglo una gran nación. Creíamos que la democracia ganada en 1983, había sido nuestro mayor logro. Pero, no. Ningún ciudadano puede poner en práctica un código de valores, porque perecerá bajo los escombros de la incomprensión. O, si no, le queda la opción de la hipocresía necesaria para sobrevivir”.

Arbol peligrosamente inclinado

Lucía Barilli manifiesta: “Me dirijo a ustedes para denunciar que en la calle 58 entre 14 y 15 hay un muy viejo árbol con una inclinación de al menos 45 grados y la tierra del lado de la acera ya está levantada, lo que hace muy peligrosa la existencia de dicho árbol .Tratemos que no ocurra una desgracia. Agradecería que se hicieran eco de mi denuncia los responsables”.

La educación

Rubén Oscar Giusso opina: “Las personas educadas forman el capital del país. Nuestra situación social manifiesta el déficit que padecemos. La Argentina de muestra una fatiga crónica que ha ido creciendo por la disminución de la educación. No aceptamos un cambio enmascarado. El cambio debe ser total, volver a soñar el futuro que el mundo nos asignaba hace mucho y que está escrito en nuestro Himno Nacional. Ha llegado el momento definitivo para ser lo que tenemos que ser. La educación será el capital necesario para revertir la situación que padecemos”.

Contra el aborto

José M. Madrid puntualiza: “Pienso que es cierta la expresión que sostiene que ‘tan doctrina social es la defensa del niño todavía no nacido como la acogida al refugiado y al inmigrante’. Cada uno a su manera, los últimos Papas han insistido mucho en esa coherencia, que plantea retos a veces nada sencillos en la relación con el poder político. No pocos dirigentes defienden una serie de valores muy importantes para los católicos mientras muestran a la vez un desprecio absoluto hacia otros no menos importantes. Eso obliga a aplaudir algunas decisiones sin por ello canonizar a ningún líder, y a criticar otras cosas sin que eso suponga dejar de tender puentes. Está en juego la fuerza de la Iglesia y de las causas que defiende, que no son ni de izquierdas ni de derechas, sino del Evangelio”.