Piden frenar el tren hasta que se haga un puente peatonal en Pereyra

Un vecino presentó un amparo para que se garantice la seguridad en la estación ferroviaria

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La trama de protestas, reclamos y piquetes que mantiene en suspenso la llegada de los trenes eléctricos a suelo platense sumó ayer un nuevo frente judicial, con la presentación por parte de un vecino de un pedido de amparo para que las formaciones no pasen por la estación Pereyra hasta tanto no se construya un puente peatonal.

La solicitud, radicada en el Juzgado Federal de Quilmes, a cargo de Luis Antonio Armella, apunta a preservar la integridad física de los estudiantes y profesores del Instituto María Teresa, situado a metros de la parada ferroviaria que es uno de los portales del principal pulmón forestal de la Región.

Según explica Roberto Anselmino, padre de alumnas que asisten al centenario colegio, “pedimos la cautelar para que se impida a los trenes eléctricos circular hasta tanto no se realicen las obras que garanticen la integridad física de nuestros hijos, los docentes y nosotros mismos”.

Concretamente, en este aspecto se exige la construcción de un puente peatonal, la reubicación de los pasos peatonales a nivel existentes y del cruce vehicular.

En el plano logístico y de servicios, se recordó la necesidad de contar con los andenes provisorios o definitivos para viabilizar el ascenso y descenso de pasajeros, ya que el María Teresa tiene una matrícula de casi un millar de alumnos en dos turnos y en niveles preescolar, primario y secundario.

Fuentes versadas en materia judicial señalaron que en las próximos horas, tras ratificar -presumiblemente- cuestiones de competencia, el magistrado escogería una alternativa entre varias, que van desde formular un pedido de informes al Ministerio de Transporte nacional hasta rechazar el planteo, pasando por el llamado a una audiencia entre las partes y el dictado del amparo pedido.

Marcelo Szelagowski, letrado patrocinante de la parte actora, precisó que “el amparo procura que se suspenda el eventual tránsito del nuevo tren eléctrico por la estación Pereyra hasta tanto las unidades de ejecución de las obras ferroviarias en curso otorguen seguridad a los transeúntes con las obras mencionadas”.

El villaelisense Anselmino considera que es “inconcebible la manera irresponsable y nula, desde el punto de vista profesional, con que se encaró la ejecución de las obras de electrificación, que en el caso de Pereyra potencian peligros que existieron desde la época del tren diésel”.

El vecino cree que los nuevos convoyes, más rápidos y silenciosos, suman riesgo: “cerca de las cabeceras de los andenes hay una curva que no permite a peatones y maquinistas verse mutuamente. Si al no parar en la estación, encima los trenes pasan a mayor velocidad, hay un combo que apunta a la tragedia. Y la vida de nuestros hijos es la que esta negligencia pone en peligro”.

Según destaca Anselmino, “hace años que el colegio viene reclamando un puente sobre las vías, y que las autoridades cumplan con la responsabilidad de velar por la integridad y seguridad dentro del territorio que les compete, que comprende todo el espacio que ocupa la vieja estación”.

Ese histórico playón de vías, tanques, cambios e incluso una vieja mesa giratoria para locomotoras, desde donde partían trenes hacia Punta Lara y Ensenada, languidece y es copado por la aparición de cada vez más viviendas informales. Hay incluso quienes aseguran que, en la quietud de la noche, algunos sectores albergan actividades irregulares.

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Son los alumnos del Instituto María Teresa, con sede en la estación Pereyra; la comunidad educativa pide un puente para cruzar las vías del Roca sin riesgos.

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