“Los hilos de la memoria”, en la Sala Discépolo

Dirigida por Claudia Quiroga, se ofrece el domingo, con versión y actuación de Belén Torras

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En el marco del ciclo “Teatro de género”, la Sala Armando Discépolo presentará “Los hilos de la memoria”; un espectáculo de narración oral, adaptado y protagonizado por Belén Torras, con entrada libre y gratuita.

Con dirección de Claudia Quiroga, el espectáculo que se ofrecerá el domingo desde las 20 en la sala ubicada en 12 entre 62 y 63 se presenta como un montaje escénico para contar la restitución de la identidad de una manera poética, con una mujer y la palabra como el hilván de la memoria.

Basándose en la narración oral, la propuesta está basada en los textos “La memoria de todos” de Verónica Sukaczer, “¿Sabés Athos?”, de Iris Rivera, “Manuel no es superman” de Paula Bombara, “Manuela en el umbral”, de Mercedes Pérez Sabbiy.

“El relato oral es un convite, una invitación al texto -aseguró Belén Torras, en una entrevista-. En ese convite yo me preocupé por incluir al narrador y también al escritor: en lo posible voy contando cómo cada autor llegó a ese texto. Cada una de las historias está contada con su protagonista real y su escritor real. Y yo cuento el encuentro entre el escritor y el protagonista. Ese “atrás de la historia” hace que los chicos quieran saber más, al tender ese puente les estás dando la posibilidad de tomar nota, y te preguntan, quieren saber”.

En este sentido, manifestó: “Es muy distinto cuando cuento, que cuando digo: miren, chicos, esto es para leer. En realidad, yo quiero que estén las dos cosas. Tengo un cuaderno que es una ‘hoja de vida’ del espectáculo, ahí cuento todo lo que va pasando en las funciones, las devoluciones. Y es muy fuerte cuando los chicos no se van y empiezan a preguntarte. Una vez fui a un colegio y a un chico, muy ‘varoncito’, muy duro él, se le caían las lágrimas. Y me dijo: ‘¿sabés que ahora yo entendí la dictadura?’. Eso para mí fue revelador. Darme cuenta lo que emocionalmente significó para alguien que no lo había vivido. Cuando contás, cuando narrás, los chicos empiezan a entenderlo desde otro lugar. No intelectualmente: lo comprenden desde lo emocional”.

 

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