El pionero estudio del vuelo de Leonardo se exhibe en Roma

“El códice de vuelo de las aves”, manuscrito realizado por Da Vinci en 1505, protagoniza una muestra en los Museos Capitolinos, que ofrece a los visitantes una experiencia multimedia que permite admirar esta joya bibliográfica elaborada por un hombre adelantado varios siglos a su tiempo 

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El “Códice del vuelo de las aves”, realizado en 1505 por Leonardo Da Vinci y considerado el primer estudio científico del vuelo, se exhibe en Roma en una exposición que también reproduce sus 18 páginas en versión multimedia.

“Leonardo Da Vinci fue el primer genio que trató de imaginar máquinas que pudieran volar y sobre todo que estudió cómo los pájaros conseguían volar”, indica Pietro Folena, director de la asociación cultural MetaMorfosis, organizadora de la exhibición.

Por primera vez a Roma se exhibe este documento, que se conserva en la Biblioteca Real de Turín desde 1893, y también se ofrece a los visitantes una experiencia multimedia que permite admirar esta joya bibliográfica elaborada por un hombre adelantado varios siglos a su tiempo.

MONTAJE DIGITAL

El montaje digital, realizado por del Instituto TeCIP de la Escuela Universitaria Superior Sant’Anna de Pisa, ha permitido hacer “más participativa la relación del público con este texto”. La exposición se puede ver en los Museos Capitolinos de Roma hasta el 17 de abril. “El códice se convirtió en una especie de ícono, el fundamento del sueño de volar del hombre, cuando todavía no era posible”, sostiene Folena. Su importancia es tal, prosigue, que incluso “una copia digital del códice se encuentra a bordo del (proyecto) ‘Curiosity’”, el robot de la NASA que opera en Marte.

Por primera vez a Roma se exhibe este documento, que se conserva en la Biblioteca Real de Turín desde 1893, y también se ofrece a los visitantes una experiencia multimedia que permite admirar esta joya bibliográfica elaborada por un hombre adelantado varios siglos a su tiempo.

La muestra propone un viaje a través de las reflexiones, dibujos y observaciones que realizó el genio toscano con un único objetivo: volar. Obsesionado con surcar los cielos, Da Vinci elaboró cuidadosamente este volumen, fruto de pacientes jornadas de estudio sobre el mecanismo del vuelo de los pájaros. “Comenzó a analizar cómo las aves, que pesan más que el aire, consiguen volar y no se precipitan al vacío. Estudia las corrientes de aire, los vientos, las corrientes marinas”, apunta Folena.

Aunque no pudo cumplir su sueño, sus investigaciones sirvieron como punto de referencia para la aeronáutica moderna y para pioneros como el alemán Otto Lilienthal, quien en 1891 consiguió hacer volar un planeador piloteado.

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