Clima cálido y alta humedad, un combo para la invasión de mosquitos y temor por el dengue

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Tal como sucedió a inicios de enero y fines de febrero pasado, las altas marcas de humedad y una prolongada sucesión de días templados precipitaron el ascenso desde los charcos y bañados de una nueva oleada de mosquitos. La situación genera inquietud en los barrios aledaños con grandes descampados y espacios verdes, donde se piden desmalezamientos y fumigaciones.

En este sentido, el diputado Jorge Santiago presentó una iniciativa para que en un sector de Las Quintas se proceda a “la limpieza y el desagote de zonas afectadas por aguas estancadas, donde pueden reproducirse los vectores de enfermedades como el dengue y chikungunya”.

El legislador del bloque GEN-Progresistas pidió al Ejecutivo bonaerense que “interceda” ante la Comuna local para que drene “la intersección de 149 y 36, un lugar clave ya que allí se encuentra el Centro de Salud N°42”.

También hay preocupación -y mosquitos- en las zonas de parque San Martín, Sicardi, Villa Castells, los bulevares de Circunvalación -31, 32 y 72-, Los Hornos, Arana y José Hernández.

Los expertos precisan que estos dípteros voladores necesitan para reproducirse temperaturas entre los 25 y 30 grados, y la presencia de agua limpia y quieta. Los ejemplares adultos viven entre veinte días y un mes; cuando hace calor su metabolismo se acelera, nacen, viven y mueren más rápido, y cuando hace frío extremo -menos de diez grados- reducen su actividad y eventualmente también mueren.

Sin embargo, los huevos persisten en sus criaderos, aún en condiciones de escasa humedad, esperando que las lluvias y algún “veranito” les den la oportunidad para hacer eclosión. Por eso, subrayan, el mejor momento para combatirlos es la prevención, cuando huevos y larvas están juntos en esos lugares, sean pantanos, charcos, jardines, cunetas, macetas, floreros o canaletas obstruidas.

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