Florinda Meza contó que Chespirito la conquistó “siendo él casado”

En una entrevista televisiva, Florinda Meza contó cómo comenzó su relación con Roberto Bolaños, su ex esposo, fallecido hace tres años. "Ni siquiera me di cuenta cómo me enamoré de él. Siempre quiso conquistarme, me quería seducir. Me hacía dibujos, poemas, canciones, conversaba mucho tiempo conmigo", relató.
 
La actriz mexicana agregó que Bolaños “siempre buscaba sentarse junto a mí y conversar, pero el último año de cortejo fuerte fue porque yo estuve a punto de casarme. Ahí le dio la segunda marcha a su cortejo, la tercera velocidad. Hasta ese momento, ni un beso. Nada. Yo a veces sentía que me estaba mirando, me volteaba, y lo veía".

Florinda confesó además que al momento del cortejo, Chespirito tenía esposa. "Él empezó a llevarme una flor diariamente a donde estuviera, pero yo no lo veía muchas veces. Aún un domingo, siendo él casado. Por ejemplo, estaba en un restaurante con quien me iba a casar, bajábamos y en el auto había una flor. Salía corriendo y no estaba él, me lo hacía muy emocionante. Llevábamos trabajando juntos casi cinco años. Yo le agradecía las flores y nada más", dijo en la mesa de Morfi.
 
La actriz confió además cuál fue el momento en que sintió “derrotada” por sus halagos: "De pronto, íbamos en una gira, llega al lado de mi asiento y me dice ‘tomá, es que no encontré ni una flor en el avión’. Vi las letras, no entendí nada. Lo volteo y había la foto de un ramo de flores. Pero como yo no reaccionaba, dejó de llevarme la flor. Yo sentí que algo se me desacomodó, por eso un día llegué a la grabación molesta, pensé que él estaba molesto conmigo. Se acercó y me dijo: '¿Qué te pasa, estás enojada conmigo?'. Y le respondí que no, que él estaba enojado conmigo. Me dijo 'no, yo no. Y reaccioné diciéndole: 'Entonces, ¿por qué no me llevaste una flor?’. En ese momento, se dio cuenta que había ganado terreno, que había ya ganado la batalla".

Finalmente, contó cómo fue el primer beso."Estábamos de gira, conversando en un bar y le pregunté por qué hacía todo eso. Él tenía un matrimonio, una mujer linda y buena, y seis hijos. ¿Qué me contestó? 'A veces siento mi vida vacía, que me falta algo. A veces, siento la necesidad de que alguien me bese, o de besar a alguien'. Y tras sus palabras, le pedí: 'Si querés besar a alguien, besame a mí'. Cuando me di cuenta, ya lo había dicho. Después me arrepentí porque era casado, quise dar marcha atrás, pero él insistía. Y tengo que confesar que el beso fue delicioso. Nunca había sentido un beso que me hiciera hasta sentir mareo".
 

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