Reino Unido activa el proceso para salir de la Unión Europea

May firmó la carta que da inicio a las negociaciones para el “divorcio” del bloque

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LONDRES.- La primera ministra británica, Theresa May, invocará formalmente hoy el artículo 50 del Tratado de Lisboa para activar el Brexit y dará inicio así a dos años de complejas y tensas negociaciones con sus socios de la Unión Europea (UE), que podrían terminar con un acuerdo que redefina las relaciones entre Reino Unido y el bloque o sin consenso alguno, lo que generará múltiples traumas, especialmente a Londres.

May firmó ayer el documento oficial que activa el Brexit, una imagen que sin dudas quedará en la historia británica, europea y mundial. Sin embargo, el documento recién será entregado en mano mañana al mediodía al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. El legislador conservador David Davis; el ex secretario de Defensa, Liam Fox; y el actual canciller, Boris Johnson, serán los tres elegidos por May para encabezar el equipo negociador británico -los tres “brexiteers”, como ya los bautizó la prensa local- y en una primera etapa tendrán enfrente al designado de la UE, Michel Barnier. Las negociaciones podrían comenzar en mayo próximo.

El artículo 50 estipula que todo el proceso de salida de un miembro de la UE demora dos años; es decir, el Brexit debe concretarse para fines de marzo de 2019. Si las negociaciones avanzan y hay chances de un acuerdo, los 27 países integrantes podrían acordar una prórroga. Sin embargo, si el diálogo llega truncado y estancado, el Reino Unido podría dejar el bloque sin acuerdo y convertirse, legalmente, en un vecino sin beneficios o trato especial.

El Reino Unido y la UE deberán acordar sobre varios temas, entre ellos, el futuro de la relación comercial y hay dos opciones: un Brexit duro en el que May no acepta los pedidos de Bruselas de garantizar la libertad de movimiento de personas y los derechos migratorios de los ciudadanos del bloque para seguir siendo parte del mercado único europeo. O un Brexit blando, al estilo Noruega. Oslo no es miembro de la UE, pero sí pertenece a la llamada Zona Económica Europea, es decir, tiene acceso privilegiado al mercado interno del bloque, sin tarifas ni controles, lo que a su vez la obliga a garantizar la libre circulación de personas (ciudadanos de la UE), bienes y servicios.

 

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