Mostrar celulitis, la nueva tendencia que pretende romper estereotipos de belleza

Primero se animaron las famosas: envalentonadas con consignas que reivindican “la belleza real” de “las mujeres reales” compartieron fotos en las redes sociales mostrándose sin maquillaje, o incluso, las más osadas, subieron imágenes en las que se las veía con celulitis y estrías.

La idea de respetar y valorar el cuerpo femenino tal como es, sin esconder sus “imperfecciones”, viene abriéndose camino desde hace poco más de una década. Desde entonces son frecuentes las iniciativas que pretenden romper con los estereotipos de belleza y las presiones sociales para alcanzarlo.

El último desafío que se viralizó en las redes sociales consiste en compartir fotos de cuerpos con celulitis o la llamada “piel de naranja” bajo la consigna #CelluliteSaturday. Miles de mujeres se engancharon con la movida que arrancó la actriz y escritora canadiense Kenzi Brenna (26).

Tras reconocer que, aunque se alimenta bien y hace ejercicio, su cuerpo “no es perfecto”, Brena decidió compartir las fotos que luego envalentonarían a muchas otras a mostrar sus “imperfecciones” amparadas bajo el paraguas de la auto aceptación. “Me pregunté cuántas personas realmente se preocupan por esto. Usé el hashtag #cellulitesaturday y me dije: ‘¿esto podría ser algo?’ La respuesta fue tan abrumadamente buena que ahora digo: ‘Sí, es algo’”, contó.

La iniciativa también se replicó en Argentina bajo la consigan #celulitissábado. “Abracemos nuestras imperfecciones. Sintámonos libres de querernos tal cual somos”, “Tengo celulitis. No soy menos linda con ella, no soy más valorable sin ella”, “No es horrible y casi todas las mujeres la tienen. Es como odiar a la gente por tener pelos en los brazos. ¡Todos tenemos pelos en los brazos!”, fueron algunos mensajes que eligieron las mujeres para acompañar las fotos.

No sorprende la amplía respuesta que logró la iniciativa. Cada vez que se lanza alguna propuesta destinada a promover la autoaceptación y a librarse de las presiones para conseguir “el cuerpo perfecto”, miles de mujeres se enfilan tras la causa: a la tendencia de mostrar celulitis le precedió la de mostrarse sin maquillaje ni filtros, con flacidez o estrías.

Sin embargo, pese a la frecuencia con la que se vienen dando estos movimientos, los índices de bulimia y anorexia no son menos alarmantes que en otros tiempos (se estima que uno de cada veinticinco jóvenes argentinos sufre de alguna de estas enfermedades) y en los últimos años creció notablemente la oferta y la demanda de una variada gama de tratamientos estéticos.

La pregunta que se desprende es: ¿Estas iniciativas contribuyen realmente a romper con estereotipos o no son más que modas pasajeras que posibilitan una pequeña vía de escape para descomprimir y, en esa misma maniobra, asegurar la vigencia de un ideal femenino que sigue y seguirá vigente?

“Las sociedades a través de distintos dispositivos imponen a las personas determinados estereotipos de belleza, que cambian a través del tiempo y varían según la cultura. La estética es cultural y cuando algunas personas se corren de los patrones establecidos reciben críticas, sanciones, están expuestas a los prejuicios vigentes”, explica la socióloga especialista en género Mora Blaser, y se muestra optimista con las nuevas tendencias: “Evidentemente se están visualizando modificaciones en la forma en la que las mujeres perciben su cuerpo. Esto se cristaliza en la forma en la que eligen mostrarlo. Es posible que estas nuevas tendencias hayan llegado para quedarse”.

La movida en torno a valorar la “belleza natural de las mujeres reales” arrancó durante los primeros años del 2000. Por esos tiempos empezaron a circular estudios que daban cuenta de la insatisfacción femenina en relación al propio cuerpo.

En esta línea, investigadores de Harvard -después de entrevistar a 3.000 mujeres de diez países- concluyeron que sólo el 2% se describían así mismas como bellas.

La marca de productos cosméticos Dove fue una de las primeras en advertir que hurgando en estos datos -que mostraban la necesidad de fomentar la autovaloración y de que los prototipos de belleza resultaban inalcanzables para la mayoría- podría encontrar un concepto distintivo sobre el que erguir su identidad.

Profundizó estudios sobre el tema y concluyó que el 80% de las mujeres tienen problemas de autoestima y una fuerte autocrítica en relación al propio cuerpo. De ahí surge el “Movimiento Dove por la autoestima” que pretende ampliar la definición de belleza para que más mujeres se sientan incluidas en esta categoría. La “belleza real” pasó a formar parte de su slogan y reemplazaron a las modelos por mujeres “rellenitas” o con marcas de expresión para protagonizar sus publicidades. Hasta entonces no era muy frecuente que “cuerpos imperfectos” promocionen productos.

“Se están visualizando modificaciones en la forma en la que las mujeres perciben su cuerpo. Esto se cristaliza en la forma en la que eligen mostrarlo. Es posible que estas nuevas tendencias hayan llegado para quedarse”

Por otra parte pero en la misma dirección, el boom de las cirugías plásticas de los ‘90 dejó a muchas con un aspecto totalmente artificial (caras estiradas, boca, cola y lolas siliconadas), que cayó en “desuso” y que las generaciones posteriores intentan evitar. La premisa actual es verse “lo más natural posible”. Y, para satisfacer este deseo, se ofertan miles de tratamientos.

Actrices de Hoolywood levantan bandera

Kate Winslet fue una de las tantas actrices de Hollywood que se quejó de los retoques digitales que aplicaban a sus fotografías para “embellecerla”. Bajo el argumento de querer contarle la verdad sobre quién es a las nuevas generaciones ya que éstas “merecen tener líderes fuertes”, firmó una cláusula con L’Oreal para prohibirles que usen Photoshop sobre su imagen.

También Cameron Díaz es una defensora de la belleza real y se muestra orgullosa de sus arrugas por considerarlas parte de un proceso natural. Además de pedir a las revistas que no retoquen digitalmente su imagen, comparte en sus redes sociales selfies sin maquillaje ni filtros.

La actriz y guionista Lena Dunham también denunció públicamente el excesivo retoque que un diario había aplicado sobre su fotografía. “Hola El País! Estoy muy honrada de aparecer en vuestra portada...PERO este NO es mi cuerpo ni lo será nunca. La revista se ha pasado con el Photoshop... Así que, ¿por qué no ser honesto con los lectores?”, se quejó Lena en su cuenta de Instagram.

La farándula local también se sumó a la moda de “mostrarse al natural” y cada vez más voces femeninas se alzan contra la “exigencia de la juventud eterna”. El tiempo dirá si son los primeros pasos de un cambio cultural o no son más que modas pasajeras que a lo sumo reemplazarán y renovarán exigencias estéticas.