Un marcapasos sin cable para proteger al corazón

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La fibrilación auricular es la forma de arritmia (ritmo cardíaco anormal) más frecuente. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 25% de las muertes por causa cardiovascular se produce de forma súbita, generalmente relacionadas con la presencia de arritmias ventriculares.

Para tratar estas alteraciones, desde hace pocos años se coloca íntegramente bajo la piel, sin ocupar los vasos sanguíneos, un nuevo desfibrilador automático implantable (DAI) subcutáneo y, recientemente, se está desarrollando un marcapasos sin cable miniaturizado que se inserta directamente en el interior del corazón a través de un catéter.

La combinación de estos dos avances tecnológicos será el futuro del tratamiento de las arritmias lentas y rápidas. Este es uno de los temas que se debate en Ritmo 17, la III Reunión Conjunta de la Sección de Electrofisiología y Arritmias y de la Sección de Estimulación Cardíaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), el congreso de arritmias más importante en habla hispana que se celebra en Madrid.

El desfibrilador automático es un aparato implantable que vigila continuamente el ritmo cardíaco y se emplea de manera regular desde los años 80. Si se produce una arritmia potencialmente mortal, como son las taquicardias ventriculares rápidas, este dispositivo proporciona una descarga eléctrica para recuperar la actividad normal del corazón.

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