Un paro simbólico que se replicó en todo el mundo
Edición Impresa | 9 de Marzo de 2017 | 03:32

Con mensajes antidiscriminatorios, manifestaciones y protestas contra la violencia machista, millones de personas se unieron ayer en un clamor mundial por igualdad de género en el primer Paro Internacional de Mujeres de la historia, que se cumplió en más de 40 países.
En los Estados Unidos hubo protestas en varias ciudades de Florida. En Tampa, Orlando y Tallahassee, los activistas dedicaron el Día de la Mujer a una campaña nacional que insta a proteger los derechos de la mujeres y sus familias. “Estamos en solidaridad con las mujeres que cada día ven cómo sus familias son destruidas”, expresó Marcia Olivo, directora del Centro de Trabajadores de Miami, en referencia a las deportaciones de inmigrantes que tienen hijos que son ciudadanos estadounidenses y otras medidas que llevan a la separación familiar.
También las mujeres italianas se sumaron a su vez al llamado de “NiUnaMenos” y marcharon en plazas y calles para rechazar la violencia machista en un país que, en lo poco que va del año, suma 120 mujeres asesinadas en su mayoría por maridos, novios, parejas o ex parejas.
Pero fue en América latina y el Caribe donde se sumaron el mayor número de marchas para reivindicar los derechos de las mujeres trabajadoras, pero también el fin de la violencia de género machista, ya que las estadístican indican que esta es la región del mundo con el mayor número de femicidios.
En México, “Vivas nos queremos” y otras muchas organizaciones feministas se manifestaron en alerta ante la expansión del discurso machista. Académicas advirtieron que “los derechos de las mujeres están más que nunca en peligro, pero se debate más”.
En Perú, las mujeres coincidieron que en su país lo peor “es el miedo” a ser violadas o asesinadas y que, al denunciarlo, obtengan ellas mismas una sanción social.
En Chile, la presidenta del país trasandino, Michelle Bachelet, la única mujer presidente en Latinoamérica, afirmó que “ya es hora de dejar de ser la mitad más castigada, más abusada o más sobrecargada del país. Es hora que nuestras hijas y nuestras nietas sepan que no habrá barreras para su desarrollo solo por haber nacido mujeres”.
El “paro”, que tuvo un valor más simbólico que laboral, fue acatado hasta en cárceles, como ocurrió en la penitenciaría nicaragüense de Tipitapa, donde las reclusas representaron obras teatrales y danzaron.
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