Otra patota de adolescentes saqueó un autoservicio del Centro

Una modalidad llamativa y novedosa parece haberse instalado en el microcentro. En sólo 15 días, robaron en dos negocios de a por lo menos 10 ladrones. Fueron adolescentes que andaban caminando los que actuaron en ambos casos. Tras su paso, los locales quedaron saqueados y las víctimas, aterradas.

Con el antecedente de un caso así sucedido el 19 de febrero en un kiosco de 8 entre 53 y 54, el martes a las 18.15 pasó lo mismo en otro autoservicio, esta vez en 10 entre 49 y 50.

Una mujer con su hija de 17 años esperaban al próximo cliente. Los que llegaron a esa cuadra fueron “entre 10 y 15” chicos cuyas edades rondaban los 15 y los 17.

A poco de haber pasado caminando delante del kiosco, “algunos se taparon las caras con pañuelos y entraron”, relató Gustavo Iribarne, esposo y padre de las víctimas.

Por lo que él supo sobre lo que pasó, “la mayoría de ellos entró y empezó a tirar todo. Revolearon cosas, voltearon muebles y rompieron cosas”.

Algunos de los ladrones dieron la vuelta al mostrador para llevarse la plata de la caja. Mientras, otros vaciaban el exhibidor de cigarrillos, sacaban los helados de un freezer y se apoderaban de las galletitas y golosinas de las góndolas.

Toda la escena incluyó gritos y amenazas. Al parecer ninguno estaba armado, pero su presencia por sí sola intimidó a las dos mujeres.

“La policía tardó media hora en venir después de que la llamaron. En la zona ya no hay más custodia de la Local. Lo grave es que esto es una ruleta rusa, puede pasar cualquier cosa. Ahora tenemos miedo a cualquier sospechoso”, expresó Gustavo, que maneja ese comercio desde octubre.

El 19 de febrero, un viernes a las 5 de la tarde, unos 15 adolescentes saquearon un kiosco y amenazaron al empleado, que temió que lo pudieran apuñalar.

En patota, los jóvenes estaban encabezados por tres encapuchados. Los primeros abordaron al hombre que atendía, haciendo el ademán de llevar pistolas escondidas debajo de las remeras. Todos tenían “entre 17 y 18 años”, a decir de la víctima.

No sería el mismo grupo que actuó el lunes, aunque el botín que se llevaron en aquel robo fue casi el mismo.

“Lo que más me sorprendió fue la impunidad de que eran casi 20 y robaron así. ¿Nadie los ve? En la zona de 8 y 50 hay policía todo el tiempo, pero nadie se da cuenta de nada”, se lamentó el damnificado de ese episodio.

una zona “terrible”

Volviendo a 10 entre 49 y 50, escenario del último caso, los comerciantes se mostraron preocupados por una zona a la que calificaron como “terrible” en cuanto a la inseguridad.

Exactamente una semana atrás asaltaron una peluquería situada en esa cuadra. Mientras un ladrón se hacía cortar el pelo, el otro vigilaba los movimientos. De repente, uno cerró la puerta. Simulando tener un arma, se llevaron la recaudación, celulares y las pertenencias de cinco clientes.

Anteayer, el mismo día que saquearon el kiosco de enfrente, intentaron robar de la misma manera en la peluquería. “Las dos veces tardó en venir la policía. Trabajamos con miedo a que nos vuelva a pasar. Ahora tenemos que cerrar una hora antes”, se lamentaron en ese local.