Mabel Angélica Pace
Edición Impresa | 14 de Abril de 2017 | 02:06

Fue una benefactora incansable de niños, discapacitados y ancianos, actividades que no le impidieron dedicar toda su atención a la familia y a sus amigos. El fallecimiento de Mabel Angélica Pace provocó numerosas muestras de pesar.
Había nacido en Ensenada, el 22 de junio de 1936; sus padres fueron María Angélica Blasetti y Vito Pace. Realizó sus estudios primarios en la Escuela N° “Bernardino Rivadavia” de Ensenada y los secundarios, en el Normal Nacional N° 1 de La Plata. También estudió piano e idioma italiano.
Después de casi 10 años de noviazgo, el 30 de marzo de 1962 se casó con Luis Sabio y de la unión nacieron sus hijas Cecilia, Alejandra y Fernanda. También fue abuela de Juana.
En el plano laboral se desempeñó entre 1956 y 1977 como empleada administrativa en Entel-La Plata y desde 1977 a 1989 estuvo al frente de Librería Ensenada, un emprendimiento personal y familiar.
Pero también pudo hacerse un tiempo para conocer sus orígenes familiares y en 1990 viajó a Sicilia, Italia. Además expresó otras inquietudes como su afición por la lectura, la jardinería y la música clásica.
Tuvo una clara inclinación humanista. Durante casi dos décadas, hasta el año 1995 participó de la Cooperadora del Hospital Horacio Cestino de Ensenada, la mayor parte de esos años se desempeñó como tesorera.
Entre diciembre de 1988 y junio de 2010 fue responsable del área administrativa y laboral del Taller Protegido de Ensenada, donde los chicos la bautizaron como “la Mami”, a raíz de la dulzura y cariño con los que los trataba. Si bien dejó de asistir a esa entidad por razones de salud, mantuvo la relación personal con los chicos hasta sus últimos días.
En 1979 las autoridades del Colegio María Auxiliadora de Ensenada crearon la Unión Padres de Familia y junto a su esposo, fueron designados como presidentes. Bajo su gestión se construyeron dos aulas nuevas que fueron las primeras en hacerse después de las originales.
Entre 1986 y 1987 fue presidente de la Rueda Femenina del Rotary Club de Ensenada, mientras su esposo ejercía la presidencia del club.
Perla, como le decían en su círculo íntimo, brilló en cada actividad en la que participó porque a ella se entregó de cuerpo y alma, entre otras, se recuerda cuando en una camioneta de los Bomberos Voluntarios con sus amigas Ñata González y Coca López, recorrían los barrios disfrazadas de Reyes Magos para repartir golosinas a los niños.
En 1981 también fundó “Festipiano”, una organización que hizo eventos a favor del Hospital “Horacio Cestino”. Pero además ayudó a asociaciones de jubilados, a la escuela 501, a la escuela primaria N° 7 y también participó de un programa de la televisión local que abordó temas de Ensenada.
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