Un poderoso artefacto que no utiliza energía nuclear
Edición Impresa | 14 de Abril de 2017 | 03:58

La bomba no nuclear más potente de EE UU tiene un efecto tan devastador como el de una bomba nuclear pequeña. Se trata de un arma que merece ser descripta como “aterradora”. La GBU-43, apodada MOAB por sus siglas en inglés (Mother of All Bombs, “madre de todas las bombas”) puede cargar 11 toneladas de explosivos, está guiada por GPS, y tiene más de 9 metros de longitud y un diámetro de algo más de un metro).
Está diseñada para atravesar 60 metros de tierra y 18 de concreto antes de detonar, por lo que es verdaderamente la reina de los “rompe búnker”. La que se lanzó ayer fue transportada por un avión Hércules MC-130 sobre objetivos del ISIS, liberando un poder de destrucción equivalente a 11 toneladas de TNT. No obstante, esa potencia es mucho menor que las 15.000 toneladas de TNT de energía liberada por “Little Boy”, la bomba nuclear lanzada en Hiroshima (Japón) en 1945, una fracción mínima del poder de una ojiva nuclear actual.
Lanzada desde 6.000 metros de altura, la MOAB viaja hacia la tierra a velocidad supersónica y se incrusta en blancos duros, como defensas subterráneas, roca, concreto reforzado o placas de acero. La idea de un arma que explota en el aire en lugar de explotar al impactar es la de aumentar su poder destructivo. Una bomba que penetra en la tierra y luego explota tiende a enviar toda su energía o bien a la tierra o directo al aire. La bomba que explota en contacto con el aire manda gran parte de su energía hacia los costados.
La MOAB está diseñada para provocar el máximo de destrucción a búnkers, túneles y otras áreas que típicamente soportan bombas incluso grandes y artillería aérea. Puede matar personas a varios cientos de metros del punto de detonación y causar daño en los pulmones y otras heridas en un área incluso más amplia.
La bomba, en servicio desde 2003, sólo había sido utilizada en pruebas y está considerada también como “arma psicológica”, con un fuerte poder de disuasión en el enemigo que sabe de su existencia y siente su explosión. En términos de capacidad destructiva, está entre las más temibles desarrolladas por el Pentágono en la última década. Reemplaza a la Daisy Cutter de la era de Vietnam, un bomba de 6.800 kg con 1.200 kg de explosivos GSX, menos potentes.
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