El Reina Sofía, al rescate del arte platense

En el marco de un fenómeno de rescate del arte latinoamericano de los años 70, el Museo Reina Sofía de España acaba de adquirir una serie de obras de artistas conceptuales platenses.

Se trata de “La cultura de la felicidad” de Luis Pazos, Jorge de Luján Gutiérrez y Héctor Puppo; “Monumento al prisionero político desaparecido” y “Proyecto de solución para el problema del hambre en los países sub-desarrollados según las grandes potencias”, de Luis Pazos; y “La realidad subterránea”, creada por Pazos junto a Roberto Duarte Laferriere, Eduardo Leonetti y Ricardo Roux.

“Al arte conceptual lo llaman también el arte de la idea. El artista propone una idea, y son otros los que en la mayoría de los casos terminan la obra. Lo que el coleccionista compra, entonces, no es la acción original, porque ya no existe más, sino su testimonio. En este caso es una documentación fotográfica, lo que se conoce como foto performance, y puede haber más de una copia, cuyo valor varía según el número de copia que sea”, explica Luis Pazos, considerado por algunos críticos, como Rodrigo Alonso, como “uno de los referentes más destacados en ese campo, y uno de los merecidos protagonistas de su historia”.

“La cultura de la felicidad”, exhibida por primera vez en 1971 en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, incluye cinco fotografías y una máscara con la partitura de la performance. Con fuerte acento lúdico, se trata de una “ironía política sobre el orden” en un momento especial del país que, en ese entonces, estaba gobernado por un triunvirato militar.

Presentada en el marco de la Muestra Arte e Ideología, CAyC al aire libre, realizada en 1972 en la Plaza Roberto Arlt de Buenos Aires -una exposición que fue desmantelada por la policía y que terminó con su curador, Jorge Glusberg, detenido- “Monumento al prisionero político desaparecido” es una foto performance sobre la acción que Pazos realizó en la muestra, a la que asistió con tres lápidas pintadas de negro. “Me llevé una gran sorpresa: tres chicos, que no sé quiénes son, se tiraron como si estuvieran fusilados, tomados de la mano, creando una obra. Una obra que yo propuse, y otros terminaron”, cuenta el artista sobre esta acción de marcado carácter político y social, que interesó al museo español por “mostrar lo que vivía el país en aquel entonces”.

Si las lápidas reflejaban el horror, el fardo que protagoniza “Proyecto de solución para el problema del hambre en los países sub-desarrollados según las grandes potencias”, marca la ironía política de la época, en la que “te daban de comer pasto como los animales”, según Pazos.

“La realidad subterránea”, creada junto a Roberto Duarte Laferriere, Eduardo Leonetti y Ricardo Roux, nació espontáneamente. “Estábamos en la Plaza, un artista descubrió un pozo y convocó a otros para discutir si se podía generar algo con ese pozo. Fue una larga discusión que terminó siendo una cárcel para prisioneros políticos”, relata Pazos, sobre el origen de esta experiencia, con la que queda demostrado cómo “el artista conceptual mira un objeto hecho, y lo puede transformar en otra cosa”.

Para Pazos, este reconocimiento del Museo Reina Sofía es un “aporte al arte platense”, una cosecha tardía pero fructífera después de haber sembrado ideas durante medio siglo: “Para mí es emocionante, sobre todo, porque te hace entender que no estás solo en el mundo”.