¿Qué sabemos del final de los Jedi?

“Solo sé una verdad: es hora de que los Jedi desaparezcan”. Así dice Luke Skywalker, el mítico personaje de la saga galáctica “Star Wars”, en el primer adelanto del octavo episodio de la ópera espacial, “Los últimos jedi”: la película llegará a los cines en diciembre, pero con esa sola frase ya consiguió despertar la Fuerza en los ansiosos seguidores de la franquicia creada por George Lucas, que se debaten en internet respecto al significado de la críptica frase.

¿Disney enterrará a la orden religiosa de los Jedi en esta entrega, a pesar de que se trata de un código venerado incluso fuera de la película (la Iglesia de los Jedi tiene cientos de miles de miembros y empuja en varios países para ser reconocida como religión) y de que los caballeros religiosos conducen buena parte de la venta de merchandising? Suena arriesgado, pero esa es la dirección que la saga ha tomado desde que la empresa del famoso ratón tomó el control de Lucasfilms, buscando llevar algunos conceptos de la franquicia a un siglo XXI secular, globalizado y atravesado por las filosofías “new age” antes que por visiones religiosas más clásicas y dicotómicas que dividen entre el bien y el mal.

A continuación, las razones de por qué la extinción de los Jedi es una posibilidad cierta.

EL FIN DE LOS JEDI

La ominosa frase de Luke en el trailer había sido adelantada por el título del octavo episodio, “The Last Jedi” (que podría significar “la última jedi”, “el último jedi” y, como fue traducida finalmente, “los últimos jedi”). Pero, ¿por qué poner fin a uno de los ejes morales y sentimentales de la saga de Lucas?

La respuesta está en las audiencias. El bien y el mal, blanco y negro, son conceptos que no resuenan en las nuevas generaciones más abiertos a un relativismo con base orientalista, y están en el corazón de la religión ideada por George Lucas: si bien buena parte de la filosofía Jedi tiene notables influencias del taoísmo (particularmente desde la aparición de Yoda), en la millonaria saga blanco y negro, el yin y el yang, no son parte de lo mismo, complementos, sino enemigos, luz y sombra. El balance de la Fuerza debe ser restaurado, pero su destino es conducido por paladines de la Luz, no del equilibrio.

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Allí se nota la influencia de las sagas artúricas y el catolicismo en la historia de Lucas, pero un nuevo siglo necesita de una nueva moral, y hacia allí están virando los cerebros de Disney desde hace ya varios años: en la saga animada “Rebels”, uno de los personajes centrales, Ahsoka, se reconoce a sí misma como “ya no más jedi”, un desencanto con la religión que asemeja a la vez el concepto de “jedi gris” que existe en las historias que no son canónicas (las que se escribieron en fomato de novela o comic antes de la llegada de Disney, que convirtió millones de páginas en “leyendas”), y que parece asimilarse al proceso que atraviesa el amargo Luke del trailer; y en la tercera temporada de la serie animada fue introducido El Bendu, un ser sensible a la Fuerza que se sitúa en medio del lado luminoso y el lado oscuro. Y lo que está en medio, como afirma Skywalker en el trailer, “es mucho más vasto”.

LA BIBLIA

Un lugar central en la reestructuración de las creencias de “Star Wars” parece ser el Diario de los Whills. El nombre fue tomado por Disney en esta etapa de los primeros borradores de Lucas, donde un narrador todopoderoso e inmortal, parte de la orden de los Whills, iba a narrar las aventuras de Luke (entonces, “Starkiller”).

El concepto fue descartado para reemerger casi cuatro décadas más tarde, bajo la dirección de Disney: la Orden de los Whills, muy presentes en las historias que han dejado de ser parte del canon son nombrados en “Rogue One” y en varias de las nuevas novelas que completan la saga galáctica, como los precursores de los Jedi.

Y ahora, un cuaderno con el símbolo de los Jedi aparece en el primer adelanto del octavo episodio, y el fallo de internet fue unánime: se trata del Diario, que contiene las creencias que, con el paso del tiempo, las luchas de poder y el ruido en la comunicación, se distorsionaron hasta convertirse en la filosofía “extrema” de los Jedi, que varias teorías incluso culpan por los desastres acontecidos en la galaxia (después de todo, Anakin/Darth Vader, el villano de las primeras sagas, era un Jedi).

EN EL PRINCIPIO ESTUVO EL TAO

La Fuerza fue escrita con una fuerte base de nociones taoístas (de hecho, inspiró algunos artículos académicos al respecto y hasta un libro, “The Tao of Star Wars”, de John Porter) pero, al final del día, la distinción entre luz y sombras parecía una adaptación occidental de una enseñanza que lleva al equilibrio: “Hay que elegir entre el bien y el mal: y el mundo es mejor si estás en en el lado de los buenos”, llegó a decir Lucas, reflejando el espíritu que se cuela en aquella primera trilogía.

Los momentos de verdadera reflexión que pronuncia Yoda, maestro de notable influencia oriental, quedan reducidos de esta manera a sabiduría de galletas de la fortuna, una reducción occidentalizante: curiosamente, según reportes que llegan desde el campamento del rodaje, eso es lo que descubre Luke Skywalker y que lo lleva a convertirse en un hermitaño que busca el Tao, la verdad profunda de su propia religión, en un puñado de libros y artefactos antiguos y desaparecidos (entre ellos, el mencionado Diario de los Whills).

Luke, revelaron fuentes cercanas a la filmación a sitios especializados, ha descubierto que los Jedi distorsionaron las enseñanzas originales: después de todo, un verdadero taoísta no intentaría ser la policía del mundo, una idea que resuena poderosamente con una audiencia joven muy espiritual pero poco atada a religiones organizadas, a las que muchos consideran modos de entender, parciales, humanos y falibles, eso que nos excede, “nos rodea y nos ata”, como diría Yoda.

UNA NUEVA ERA

Aunque estas nuevas entregas de “Star Wars” han brindado más satisfacción para fans que sorpresas, esta transición, que Disney lleva a cabo con sutileza, es radical: implica la desaparición de los Jedi, quizás el mayor traccionador de ventas de juguetes de una franquicia que basa buena parte de su éxito en el merchandising.

Pero es un cambio que el estudio parece considerar necesario: los directivos de Lucasfilms, encabezados por Kathleen Kennedy, presidenta, ya afirmaron que el Episodio IX marcará el fin de las historias de los Skywalker, pero que la saga continuará más allá. Rey podría ser parte integral de esta saga, y con nuevos héroes y nuevas historias dentro del universo que aún están por escribirse, Disney ya diseñó su nueva filosofía, acorde a un público del siglo XXI: una filosofía del balance, antes que de los extremos.

El concepto fue llevado incluso hasta a los detalles más pequeños: en el trailer, se oyen varios ecos del pasado, frases que personajes icónicos pronunciaron en entregas anteriores. Los del lado luminoso se oyen a la izquierda del parlante o auricular, mientras que los del lado oscuro salen del lado derecho. Cuando Luke afirma que lo que hay en medio de luz y oscuridad es “mucho más vasto”, el sonido es estéreo.

MUCHAS INCÓGNITAS

Los primeros dos minutos de metraje del octavo capítulo cierran con la sentencia de Luke de que es hora de que “los Jedi desaparezcan”: ¿habla Luke o Disney? ¿Rey será la primera de algo nuevo? ¿O seguirán existiendo los Jedi, sólo que con una renovada creencia? ¿Recuperará Luke la fe en su religión gracias a Rey? ¿O mutará definitivamente hacia un nuevo concepto, una nueva interpretación de la Fuerza? ¿O será este desencanto de Luke motivo para que se pase al lado oscuro, como sugiere el rojo (color de los sables de luz de los “malos” de la saga) que lo recubre en el poster de la película? ¿Qué pasaría si ese conocimiento “mucho más grande” de lo que hay en medio lo comparte también Snoke, el villano? ¿Dónde está el resto de los personajes? Sólo algunas de estas preguntas serán respondidas recién en diciembre: paciencia.