Cuenta la leyenda…

La forma en que se levantó la “Casa del Niño Encuentro Arco Iris” ya es toda una leyenda. Los vecinos y testigos del momento aseguran que el terreno fue donado por la Fundación Ana Mon, pero con eso sólo no alcanzaba: faltaba el edificio para albergar a los chicos. Cuentan que un día alguien ofreció hacerse cargo de semejante obra. Pero a ese “alguien” nunca lo conocieron. Pidió el proyecto, los planos, y más tarde dio el OK para empezar a construir gran parte de lo que hoy está en pie. Aseguran que el dinero se lo entregaban en cuotas, a medida que los trabajos avanzaban y mostrando el listado de gastos. Toda esa documentación se llevaba a un edificio de capital federal, se entregaba al portero y bajo el mismo mecanismo se les daba la plata para seguir avanzando en la construcción. Pero nunca hubo contacto directo con esa persona. Dicen que el día de la inauguración, allá por el año xx, un auto con vidrios polarizados se paró frente a la casita y estuvo un rato observando. Todos en el barrio creen que se trató de este “héroe” misterioso, pero no lo pudieron confirmar. Ni podrán hacerlo. Por eso se transformó en leyenda.