Creen que al quintero de Abasto lo mataron porque reconoció al tirador

En Abasto, un pueblo donde todavía abundan las chacras, las quintas, los invernaderos y las calles de barro, es muy probable que José Luis Báez (32) haya reconocido al hombre que lo mató en un asalto lunes a la noche. Esa es la principal hipótesis que manejan los investigadores del caso.

Todavía hay puntos negros en la reconstrucción de lo que pasó en 200 y 513, pero de a poco los detectives suman nuevos indicios clave. Uno de ellos es que los asaltantes habrían hecho la inteligencia previa al golpe en un auto rojo, que habría sido visto en la maltrecha calle por la que se accede al lugar.

Los agentes hicieron allanamientos en las últimas horas para recolectar elementos de prueba. En ese sentido, llegaron hasta una casa de 518 entre 207 y 208, de donde se llevaron secuestrado un Citroën Xsara.

Ese vehículo sería el mismo que la familia asaltada vio merodear en su calle algunos días antes del robo, con unos tres o cuatro ocupantes a bordo, de acuerdo a lo que trascendió de la pesquisa.

Uno esta identificado

Pero, ¿cómo llegaron hasta ahí? Todo empezó con el relato de una mujer víctima del episodio, que alcanzó a verle parte de la cara a uno de los delincuentes “cuando se levantó la gorra”.

“De inmediato lo identificó como el hijo de un hombre que se desempeñaba hasta hace un tiempo como camionero y solía recolectar verduras de esa quinta para transportarlas al Mercado Central de Buenos Aires”, le informaron los detectives a EL DIA.

Ese sospechoso fue identificado como A.A.M., de 20 años, a quien los policías vinculan con varios otros robos de su época de menor de edad. Lógicamente, a él fueron a buscar los efectivos de la DDI.

“Pero su familia se desligó y dijo que lo ven poco, porque se suele juntar con delincuentes”, aseguraron los voceros. De ese domicilio incautaron el teléfono del padre del acusado.

El auto rojo es por ahora la única pista concreta que los detectives tienen para realizar pericias internas. Las tareas por intentar ubicar al joven de 20 años se intensificaron pero hasta anoche no habían dado frutos.

En paralelo, es muy poco lo que se sabe de los delincuentes que restan. Ni siquiera está claro si eran cinco o seis. La presunción más firme es que planificaron su golpe al dedillo, con la información de que ahí encontrarían 60 mil pesos. Aunque lograron su objetivo, actuaron con brutalidad.