A “los chicos bien” les imputaron un delito de hasta 15 años de cárcel

Los seis detenidos bajo sospecha de integrar la llamada banda de “los chicos bien”, fueron trasladados ayer desde la Alcaidía de los Tribunales Penales hasta el despacho del fiscal Alvaro Garganta, quien los indagó por el delito de “tenencia de estupefacientes para su comercialización”.

Según fuentes judiciales, todos se negaron a declarar por consejo de sus abogados defensores, por lo que continuarán en prisión y con una pena en expectativa de hasta 15 años.

En ese sentido, los mismos voceros explicaron que “por la complejidad de la causa, sus letrados sugirieron hacer uso del derecho de guardar silencio y solicitarle al fiscal la exhibición de la prueba”.

En esa situación, trascendió, al menos estarían Aaron Leiton Mendoza Flores, que cuenta con la asistencia letrada de María Cristina Ballina Benites, y el de Pablo Santiago Quiroz y Luis Alberto Pallavecino, quienes son representados por Roberto Casorla Yalet.

Los otros acusados, como se recordará, son Jorge Andrés Duarte; Manuel Ignacio Vidal y el platense Alejandro Ruiz de Erenchun, a quien le allanaron una vivienda en La Loma y trabajaría como relacionista público en distintos boliches de la Ciudad, entre ellos una de avenida 44, próximo a Plaza Paso.

LA PESQUISA

Se inició en enero pasado y permitió identificar a los aparentes líderes de la organización, como así también los domicilios donde acopiaban los estupefacientes y los locales nocturnos en los que los comercializaban.

Los investigadores señalaron que “los imputados eran universitarios, RR.PP y hasta taxiboys”.

Fue gracias a observaciones encubiertas y, la intervención de líneas telefónicas, que se determinó que la banda pactaba las ventas a través de llamadas y que en algunos casos realizaba entregas a través de la modalidad delivery.

Con esos datos, la Justicia ordenó los allanamientos, que finalmente pudieron desbaratar la estructura delictiva.

Un dato que llamó la atención fue que contaban con un laboratorio propio, donde realizaban las pruebas de calidad.

A través de la aplicación de un reactivo conocido como “Marquis”, se determinaba la pureza de la droga que vendían, de acuerdo al color que tomaba la muestra.

“En La Plata, es la primera vez que vemos una organización con estas características tan peculiares”, destacó Garganta en declaraciones a la prensa.

“Seguiremos profundizando la investigación, tratando de completar algunas diligencias que quedaron pendientes y que podrían arrojar resultados a la brevedad”, destacó.

En la causa interviene también la jueza de garantías Nº 5 de La Plata, Marcela Garmendia.