Sylvia, ballet bajo el vuelo de una “paloma”

La elección del Teatro Colón para la apertura de su temporada 2017 fue el ballet “Sylvia” de Sir Frederick Ashton (cofundador del Royal Ballet de Londres) con música de Léo Delibes, con reposición coreográfica de Susan Jones y dirección musical de Emmanuel Siffert junto a la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires. 

“Sylvia” fue el primer ballet en ser presentado en la Ópera Garnier el 14 de junio de 1876 en París. Dividido en tres actos, narra la historia de una de las ninfas seguidoras de Diana, que logra escapar de las garras de Orión gracias a su ingenio, para unirse con su amado Aminta bajo la buena voluntad de Eros y Diana. El libreto no posee mucha acción, pero su música y los cambios que atraviesa el personaje principal son los elementos que llevaron esta obra al éxito. Una notable anécdota, nos hace comprender la importancia de “Sylvia” en la historia del ballet, cuando el gran Tchaikovski, avergonzado, afirmó que “si hubiese conocido esta obra un poco antes, por supuesto que no habría compuesto El lago de los cisnes”.

El uso constante de los metales, deja entrever la admiración e influencia de Wagner sobre el compositor, desde el preludio inicial hasta ciertos delicados números de conjunto. Otra de las características musicales importantes es que Delibes fue uno de los primeros compositores en escribir para saxofón contralto, como se puede escuchar en el maravilloso solo interpretado por María Noel Luzardo, con la llegada del barco sobre el final del segundo acto o en la barcarola del acto tercero. La belleza musical de “Sylvia” llegó a ser parte de varios dibujos animados, series como las de Chespirito o películas como “Babe”.

La escenografía y el vestuario de Christopher y Robin Ironside nos demuestran la grandeza del Colón en cada una de las realizaciones, desde los detalles de utilería como arcos y flechas, hasta la enorme embarcación que se mueve delante de las proyecciones de fondo, creando una atmósfera absolutamente mitológica. La iluminación de Mark Jonathan es una obra maestra de composición. Desde que se abre el telón observamos la niebla que invade la escena con haces de luces en tonos fríos y pequeños destellos de noche en el fondo del bosque sagrado. Todos los cambios de escena, incluida la gran fiesta del final, complementan la prolijidad presentada en la escenografía. El vestuario de época es muy acertado, excepto el traje de color piel de Aminta en el primer acto que le resta importancia al personaje. Sylvia tiene varios cambios a lo largo de la obra, siempre conservando un estilo clásico pero elegante, acompañado por casquetes o coronas en su cabeza. El traje de Orion es uno de los más elaborados, con piedras y brillos de todos los colores. Quizás uno de los errores que más llama la atención tiene que ver con los cortes de pelo de los bailarines, que parecen seguir la moda europea actual, pero que nada tienen que ver con la época que están representando en la obra. Y más aún, tratándose de bailarines del Ballet Estable del Colón, es un detalle que debería ser considerado.

Nadia Muzyca, fue la encargada de interpretar a Sylvia, compartiendo el rol con Karina Olmedo (6 y 12) y con Isabella Boylston (7 y 9). Muzyca ya había realizado el rol de Sylvia en 2015, pero esta vez demostró mayor soltura en los difíciles momentos que posee su personaje con el transcurrir de los tres actos. Los impresionantes giros de Sylvia en la cueva de Orion, nos confirma la destacada labor de Muzyca afianzada en su rol. El “pizzicato” de los violines del tercer acto, fue uno de los números más bellos y precisos desde lo musical y coreográfico, recibiendo una gran ovación del público. Maximiliano Iglesias como el pastor Aminta, fue ágil y natural, demostrando que es un buen partenaire. El pas de deux final entre los protagonistas recuerda a la tradición clásica rusa con gran precisión y técnica. La unión de Aminta y Sylvia en el final, nos regala todo el despliegue del ballet en su conjunto. También sobresalen Emilia Peredo Aguirre y Emiliano Falcone como la pareja de cabras, el grupo de la Primavera, los Heraldos y Amalia Pérez Alzueta como Diana, la dueña del Palacio en donde transcurre el último acto.

Cabe destacar que la noche del miércoles fue importante no sólo por tratarse del estreno, sino porque también fue la primera función con la reconocida Paloma Herrera, reemplazando a Maximiliano Guerra, como Directora del Ballet Estable del Teatro Colón. Un cargo que no buscó y que por supuesto no necesitaba, pero que seguramente marcará una diferencia por su pasión y profesionalismo ante la danza.

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Muzyca, quien se encontraba muy incómoda bajo la dirección anterior, reconoció que el cambio ya se produjo desde el momento en que se programaron más funciones que en años anteriores, y que el estreno fue con bailarines del teatro, no con figuras internacionales. Recordemos que Paloma Herrera es graduada de la casa, y a los 15 años fue contratada por el American Ballet Theatre, consagrándose a los 19 años como la artista más joven en alcanzar el rango de “Principal Dancer” en los 75 años de la historia del ABT. Galardonada en el mundo entero, fue considerada una de las 10 bailarinas del siglo por la revista Dance Magazine. En 2015 se despidió del ABT con “Giselle” en el MET y con “Romeo y Julieta” en el Colón. Creo que nadie mejor que ella puede estar tan preparado para dirigir al cuerpo de baile más importante del país. Y esta función de estreno lo corroboró.

Para recordar:
Ballet “Sylvia”. Teatro Colón (Cerrito 628). Viernes 7, sábado 8, martes 11 y miércoles 12 de abril a las 20hs. Domingo 9 de abril a las 17hs. Localidades a la venta en la boletería del Teatro de lunes a sábado de 10 a 20hs., por teléfono al 5254-9100, o por internet en: www.teatrocolon.org.ar. Entradas desde: $80.