Grafitis vandálicos: detienen a 3 jóvenes con las manos en la masa

“Grafitearon, huyeron, pero los pescaron”. Esa podría ser la síntesis de lo que pasó el jueves a la noche último en la zona de 7 y 532, cuando un vecino que pensó que le estaban robando convocó a la policía y comprobó que en realidad se trataba de grafiteros que acababan de pintarle parte de su casa. Finalmente, la policía capturó y demoró a tres jóvenes de 20 años por “daño”.

Hace dos meses comenzó la preocupación de los vecinos por la aparición de tags - especie de firma de una persona o un grupo hecha con aerosol -. Vidrios, columnas, persianas, toldos, fueron algunas de las superficies que aparecieron “rubricadas”.

Pero el jueves no fue un buen día para las andanzas grafiteras porque los tres jóvenes fueron descubiertos.

“Eran las ocho de la noche, yo me preparaba para ir al gimnasio, escuché ruidos en el techo y pensé que eran ladrones, entonces llamé al 911. Cuando los pibes vieron al patrullero, agarraron las bicicletas y se fueron para el lado de 7 y 32”, contó uno de los vecinos al que le pintaron el lateral de su casa.

Los jóvenes intentaron desvincularse de los hechos denunciados, pero bastó con que la policía les pidiera que abrieran sus mochilas para que latas de pintura y aerosoles dieran por tierra con el intento de defensa.

ANDAMIO

“Dijeron que en 7 y 32 hay una propiedad a medio demoler, pensaron que estaba deshabitada y entraron, pero ahí funcionó un vivero y tiene dueño. Hasta habían armado un andamio para llegar lo más alto posible”, contó el vecino.

En el tag puede leerse “Mates”, algo que seguramente esté vinculado con el nombre de dos de los jóvenes que fueron demorados por la policía, ya que se llaman Matías; el otro se llama Franco.

Esa inscripción también aparece en el techo de una casa ubicada en 532 entre 6 y 7, a la que tuvieron que ingresar trepándose por las rejas. “Esta es la casa de mi hermana, le estropearon el frente y lo peor es que son chicos de Tolosa a los que muchos conocen porque hacen este tipo de cosas a cualquier hora”, dijo el vecino.

De acuerdo a lo que se sabe, entre los códigos de los grupos urbanos que se dedican a hacer ese tipo de pinturas y marcas en las paredes, está bien conceptuado dejar su “sello” en espacios que sean casi inaccesibles para el resto de las personas. Por eso no es extraño levantar la vista y encontrarse con pintadas en propiedades que tienen más de una planta.

En esa búsqueda de creatividad y adrenalina, los jóvenes dejaron algunos rastros, como una especie de andamio mediante el cual accedieron al techo de una vivienda de 7 entre 531 y 532.

“Querían llegar alto y cuando los descubrimos dijeron que creían que el vivero era un terreno baldío y sin dueño; si nos hubieran pedido permiso como corresponde tal vez los hubiéramos dejado pintar alguna de las paredes”, agregó Alfredo Zendri, una de las personas damnificadas por las pintadas.

Los vecinos remarcaron que están cansados hasta el hartazgo de que les pinten las casillas de gas, los portones, las rejas, las paredes y hasta los vidrios. Las paredes de una farmacia de 7 y 531 también exhiben un “muestrario” de todo tipo de leyendas y dibujos que parecen haberse hecho con ensañamiento, superpuestos, borroneados.

“No les importó subirse a los techos de casas de familia, dijeron que el jueves quisieron terminar el grafiti que habían empezado; pero ahora sabemos quiénes son, dónde viven y vamos a mandarle una carta documento”, señaló Alfredo Zendri.

Los jóvenes fueron demorados en la comisaría Sexta de Tolosa, pero al cierre de esta edición habían sido liberados.