Proyectiles y un cruce con la Policía

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Serios incidentes entre la parcialidad de Newell’s y la Policía rosarina se produjeron ayer tras la finalización del clásico en el Coloso Marcelo Alberto Bielsa.

Tras el gol de Herrera, el árbitro Federico Beligoy decidió dar por finalizado el partido pese a que había adicionado cuatro minutos.

Es que desde ese instante comenzaron a caer proyectiles (latas, palos y piedras) sobre el área de Diego Rodríguez, además de varios mástiles de plásticos de esos que se usan para sostener las banderas de grandes dimensiones.

Pero la gota que colmó el vaso fue el proyectil que impactó sobre el primer juez de línea Ezequiel Brailovsky, que motivó la conclusión anticipada del partido.

Los incidentes continuaron. Cuando los jugadores de Central quisieron retirarse de la cancha, debieron hacerlo corriendo hasta la boca de acceso que daba a la escalera para ir al vestuario sin la manga de protección porque estaba desinflada.

A continuación la Policía empezó a reprimir con balas de goma sobre el sector sudoeste de la tribuna local para desalojar al público presente y también en la platea baja, donde hubo butacas destrozadas y enfrentamientos con los uniformados.

En las adyacencias del estadio del Parque de la Independencia siguieron los inconvenientes. Sobre las calles aledañas, los hinchas rojinegros siguieron generando desmanes y destrozos.

No se registraron detenidos, pero sí dos personas heridas: un agente de seguridad del club impactado por un proyectil y un simpatizante que recibió una bala de goma, según informó Diego Maio, director de Coordinación de Seguridad en Espectáculos Deportivos de Santa Fe.

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