Ho´oponopono para todo el mundo

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Todo amor es un naufragio, dice el poeta. Una tempestad mayúscula enfrentó Cubero al enterarse de que su nave insignia había encallado en aguas de hastío. “No me sentía completa”, le dijo Nicole a la revista Caras. Y una señora incompleta siempre buscará completarse. Toda pareja es un viaje hacia un destino desconocido. Con tantas concentraciones, Fabián había aprendido a olvidarse de ella jugando al loco con sus compañeros. Pero Nicole se sentía incompleta ante este esposo que los fines de semana ponía energía y ganas en otro fixture.

Lo de Nicole y lo de Scioli sigue dando que hablar. Gisela siente que Daniel y Sofía la hicieron jugar el loco en La Ñata.

El ex gobernador intentó sacarse de encima lo de la cigüeña. Como antes, que hacía a un lado las mochilas que le ponían otras señoras. La conejita mensajera no lo ayuda. Y Gisela decidió jugar al contraataque y poner en escena a un padre que no quería ser padre.

“No hay vuelta atrás”, dijo Cubero. “Esto se acabó”, dijo Gisela. Una sueña con la Ñata y otra con un ñato.

Nicole lanzó esta semana un mensaje enigmático. “Lo siento. Te amo. Perdóname. Gracias”. La frase viene del ho´oponopono, vieja costumbre hawaiana que habla de responsables y no de culpables y que asegura que para curarse y curar hay que animarse a la confesión y al perdón.

Es como un súper borrador que deja las culpas a un lado y obliga al otro, al engañado, a descifrar los alcances de una metáfora que a Cubero lo tiene despistado. Le gusta el “te amo”, pero le perturba el “perdóname y lo siento”. Y por más que le expliquen que son consignas de este manual del percance afectivo, Fabián, completo de angustia, vive el desconcierto de haber sido y haber dejado de ser y hasta adopta una línea defensiva que deja margen para ser goleado: “No me engañó, porque hace mucho que estábamos separados”. O sea

“No hay vuelta atrás”, dijo Cubero. “Esto se acabó”, dijo Gisela. Una sueña con la Ñata y otra con un ñato

“No me sentía completa”, le dijo Nicole Neumann a la revista Caras. Y una señora incompleta siempre buscará completarse

El ho´oponopono tiene mucho futuro. Scioli quizá deba alistarse entre los cultores de esta costumbre milenaria. Esperar es lo que más sabe. Es un filósofo paciente, frío y concesivo. No discute nada pero niega todo.

Lo que Gisela vio en pantalla no se ajustaría a la verdad. Los mensajitos no son evidencias irrefutables. “Lo que viste allí no es lo que pasó”, dicen desde La Ñata. Como explicó el árbitro Pedro Argañaraz, que justificó el penal que cobró a favor de Vélez con una frase memorable: “las cámaras no muestran lo que yo vi”, una definición que en plena era tecnológica reclama una reivindicación para el ojo humano: el hombre ve más allá de la máquina, vislumbra sin cámara lenta otra forma de sabiduría.

¿Lo que vio Cubero y Gisela alcanzarán para sacarle tarjeta roja al otro? Ella no es la que conocí, dijo Poroto (ese sobrenombre no ayuda a completar una mujer), excusa de todo despechado que siempre cree que es el otro el que cambió. Mientras Gisela difunde su cigüeña, Nicole niega la suya. Entre maternidades suspicaces y padres requeridos funcionaron estas parejas.

“No hay vuelta atrás”, una frase que para un marcador de punta es un anuncio que saldrá al ataque. “Me olvidé de todo, tengo que hacerle frente a mi vida”, dijo una modelo que volvió al súper para darse cuenta que los precios crecen más que la panza.

Ellos son el dúo doliente de una novela que se estrenó esta misma semana. El “Te amo” es la mejor forma de transformar al otro, dice el ho´ oponopono. No es una coartada, aclararon desde Hawai. Pero para los in fraganti puede ser un aliado encubierto que le otorga vuelo aleccionador a la trampa y reparte paz y disculpas.

Todo queda en suspenso detrás de una filosofía que insinúa casi un diagnóstico: a Cubero se le rompió la rodilla de tanto arrodillarse ante los buenos recuerdos. El ho´oponopono vino a confirmar que los meniscos pagaron los platos rotos de una señora que empezó a pre calentar en otros vestuarios.

El amor conoce miles trucos. “Nace de nada y muere de todo”, como dijo Alphonse Karr. Las mismas cosas que la enamoraron, las desgastaron. Aquel deportista que vino a completarla, ahora la deja con ganas. Y Gisela juega su carta de mami abandonada frente a un político que deberá hacerle frente al cupo femenino embravecido. Los electores miran con dudas a un candidato que en campaña usó esta azafata para que su corazón levantara a vuelo. Y que hoy, sin tener que sostener a una Karina que anduvo por la colectora, se da cuenta que la paternidad lo tiene más incompleto que Nicole. Por eso no sabe si pedirle perdón a la novia que se fue o la mami que está llegando.

El ho´oponopono también podría resultar sanador para algunos muchachos de la Casa Rosada que siguen sin encontrar los brotes verdes prometidos. Es un buen slogan para la campaña de Cambiemos: Lo siento. Te amo. Perdoname. Gracias.

(*) Periodista y crítico de cine