Una seguidilla de hechos que ponen en la mira la seguridad

Con una seguidilla de actos terroristas en diferentes puntos de Europa, sorprende las pocas medidas de seguridad que se tomaron para el recital de Ariana Grande. «La seguridad era horrible, con un solo punto de chequeo de bolsos, y ni te los abrían», contó una joven que asistió al concierto. El evento se desarrolló el lunes en la ciudad de Manchester y terminó con al menos 22 muertos y 59 heridos a causa de un atentado.

En los últimos 10 meses Europa fue víctima de cuatro atentados: en Niza murieron 85 personas arrolladas por un camión, en Berlín 12 por el mismo motivo. También en Estocolmo un vehículo chocó a una multitud y en Londres hubo un ataque similar junto al Parlamento.

En teoría, después de estos acontecimientos, las autoridades británicas habían dado la orden de reforzar la seguridad en los actos públicos multitudinarios, como en los partidos de fútbol y en los recitales pop. Sin embargo, según testimonios de personas que asistieron al evento, las medidas tomadas para prevenir ataques terroristas habrían sido muy laxas.

“No había absolutamente ningún control. Si no llevabas nada te dejaban pasar sin ningún chequeo, solo les interesaban nuestras botellas de agua. Los bolsos casi ni los chequeaban, en realidad ni los miraban”, dijo Nikola Trochtova, una joven checa, en una radio de su país.

Otros señalan que sí miraban los bolsos, pero plantean que la revisión no era exhaustiva. “Solo controlaban tu bolso, pero no a ti, por lo que cualquiera podía entrar con cosas bajo el abrigo”, escribió en su cuenta de Twitter una británica que firma como Clare Goodband.

“Las tres últimas veces que fui al Mánchester Arena no registraron mi bolsa, y eso que era una mochila. En el concierto de One Direction solo movieron un poco la mochila, pero no la abrieron, y eso que llevaba dentro un litro de Lucozade (un energizante)”, lamentó otro joven.

En el mismo sentido, otro afirmó: “La seguridad allí es horrible. Solo hay un punto de chequeo de bolsos. No hay escáneres de metal o controles en la entrada”.

No es la primera vez que un recital se convierte en foco de atentado. En noviembre de 2015, en la sala de espectáculos Bataclán (París) tres terroristas entraron durante un concierto de Eagles of Death Metal y retuvieron a los asistentes como rehenes durante tres horas, cuando entraron las fuerzas de seguridad. La escena terminó con 137 muertos y 415 heridos. Con estos antecedes sorprende que no se hayan tomado más medidas preventivas.