Tatuajes: aconsejan que sólo sean negros pequeños y lejos de lunares
Edición Impresa | 27 de Mayo de 2017 | 02:42

Aunque su uso de remonta al año 5.000 antes de Cristo y son enormemente populares en la actualidad, los tatuajes “no son tan inocentes”, advierten dermátologos argentinos en un ar´tculo publicado por la revista cientifica Skinmed, donde dan cuenta de la gran cantidad de reportes médicos sobre alergias e infecciones asociados a esta práctica.
Cómo explican los doctores Hugo Cabrera, ex jefe de servicio y fundador del Servicio de Dermatología del Hospital Posadas, y María Daniela Hermida, dermatóloga de planta del CEMIC, los efectos adversos de los tatuajes “comprenden complicaciones locales y a distancia producidas por los distintos tipos de pigmentos”.
Si bien cualquier tatuaje puede producir una complicación, “aquellos realizados con pigmentos rojos o azules, que habitualmente contienen derivados mercuriales, son los que tienen mayores chances de presentarla”, puntualiza la doctora Hermida en una entrevsita difundida por la Agencia Cyta del Instituto Leloir.
“La piel reacciona a estos colores y produce lesiones como granulomas, pseudolinfomas o reacciones liquenoides que representan formas muy específicas de alergia”, agrega la dermatóloga al aclarar que mientras se encuentre presente el pigmento, el problema subsistirá.
BACTERIAS Y HONGOS
Con todo, los riesgos de tatuarse no se limitan sólo a sufrir una reacción alérgica. En la literatura médica el procedimiento también aparece asociado a infecciones por bacterias y hongos, señalan Hermida y Cabrera.
“El 60% de los colorantes orgánicos (que se utilizan para tatuajes) son azocompuestos clasificados como carcinogénicos, del mismo modo que las sales metálicas de mercurio, cobalto, el carbón y el cadmio”, explican.
El problema es que los pigmentos no quedan necesariamente localizados en el tatuaje sino que pueden migrar. Así lo advirtió durante el último congreso anual de la Academia Americana de Dermatología un panel de expertos en láser que coincidió en desalentar la remoción de tatuajes a embarazadas por la posibilidad de diseminación de algunos de esos pigmentos.
“Como dermatóloga, mi recomendación es que se eviten los tatuajes. Pero si alguien va a realizarlo de todas formas, le aconsejaría que sea lo más pequeño posible, en color negro y nunca arriba o cerca de un lunar, dado que dificultan su estudio y control [para la prevención del melanoma]”, dice Hermida.
En función de estos riesgos, tanto ella como su colega coinciden en que la actividad de los tatuadores debería ser regulada o estandarizada a nivel nacional.
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