El Lobo, con su santa fe, se recuperó y venció a Colón

Cuando a las 14:45 terminó el primer tiempo, parecía que Gimnasia se encaminaba a su sexta derrota consecutiva. El hincha y los propios futbolistas no podían creerlo; hasta cuándo iban a seguir cayendo; cuándo iban a despertar de esta pesadilla. Y las dudas y las respuestas a todo aparecieron sólo una hora después.

Gimnasia se trajo un triunfazo de Santa Fe, contra todos los pronósticos, porque creyó en sus fuerzas, en sus ideas y en lo que puede dar. Porque no es menos que nadie, sólo debía salir del momento oscuro por el que pasaba. Cortar las derrotas para volver a festejar.

Manuel Guanini recibió ayer la quinta tarjeta amarilla y, por esta razón, no podrá jugar el próximo domingo, cuando Gimnasia enfrente a Banfield

Y no la tuvo fácil, porque empezó perdiendo, a pesar que era un poco más que el rival en la etapa inicial. Pero en el complemento, con dos goles de Nicolás Ibáñez (que jugó de lo que jugó toda la vida, de delantero), los tres puntos se volvieron para el Bosque. Fue victoria 2-1.

ERA MAS Y SE FUE PERDIENDO

Arrancó bien el Lobo. Es más, Colón se vio sorprendido (los jugadores y los hinchas), porque Gimnasia se paró en el mediocampo y buscó decididamente llegar a Broun.

El trámite era parejo y las llegadas en ambos arcos eran aproximaciones, nada más. Una de Vera que le dio mordido y enseguida contestó Licht.

Sobre los 12 minutos, el Bochi trepó por la izquierda, sacó un centro que manoteo Broun, y la Perla Ramírez que no pudo conectar bien, se perdió el gol. Sobre los 20’ probó Ibáñez, pero la pelota se fue por arriba del travesaño.

El partido estaba abierto porque el local, empujado por su gente, iba para adelante. Pero el equipo de Martini y Messera buscaba concretamente. Un cabezazo de Coronel se fue desviado y otra de Ibáñez que estaba al acecho.

Pero sobre los 24’ el local iba a tener una clarísima. Buena jugada del ex Tripero Pereyra, que quedó mano a mano con Martín Arias, pero su remate cruzado dio en el poste izquierdo. Esa fue muy clara y los zagueros albiazules no daban seguridad.

Contestó el conjunto mens sana por intermedio del siempre movedizo Alemán (muy silbado e insultado por su pasado en Unión), ya que su centro casi termina en gol en contra de Conti.

Y cuando Gimnasia era un poco más, sobre los 31 minutos Maxi Coronel quiso salir jugando, la perdió, y esto lo aprovechó el paraguayo Iván Torres, que se hizo de la pelota, encaró hacia el arco y definió ante Martín Arias, decretando el 1-0.

El gol fue un baldazo de agua fría y en lo que quedaría de esa etapa inicial, los albiazules se mostrarían perdidos, por lo que el local podría haber hecho el segundo.

REMONTADA A PURO GRITO DE GOL

En el arranque del segundo tiempo, Bernardi aprovechó un error del fondo Tripero, pero la pelota se fue muy cerca del poste izquierdo. Sería la única de riesgo hasta el final.

Fito Rinaudo y Chirola Romero manejaban con criterio la pelota y peleaban en el medio. En un ataque por izquierda de Licht, llegó un centro, el pibe Ramírez remató al arco, Broun tapó en gran reacción, y en el rebote se la sacaron del “buche” a Bonifacio delante del arco, cuando un defensor Sabalero despejó al córner.

Iban 15 minutos y tras ese centro donde falla la defensa local con un despeje defectuoso, Nicolás Ibáñez lo aprovechó y la mandó al fondo del arco. Era el 1-1. Y empezaban de nuevo.

El dueño de casa empezó a ponerse nervioso por todos lados. Su técnico Eduardo Domínguez se iría expulsado enojado con el árbitro Merlos (luego lo seguirían su ayudante de campo y el profe); el hincha también estaba nervioso y se la agarraba con el juez; y los jugadores locales se movían muy tensos. El partido se hizo friccionado. Luchado. Y las protestas a la orden del día.

Hasta que a los 30 minutos, Broun devolvió la gentileza que Coronel les había dado en el gol de Torres. El arquero santafesino, al querer salir jugando, perdió la pelota en la puerta del área grande, y Nico Ibáñez enmudeció por segunda vez el estadio definiendo con todo el arco a su disposición para poner el 2 a 1.

Ambos técnicos empezaron a hacer cambios. Y lógicamente Colón se fue con más ganas que ideas sobre el arco de Martín Arias. El Lobo ya no atacó tanto, sólo un remate desde mitad de cancha de Ibáñez sobre los 43’, al ver muy adelantado al arquero.

Tras interminables 6 minutos de descuento donde, los mens sana se dedicaron a aguantar y esperar que termine.

Apareció Alexis Martín Arias cuando más se lo necesitó en esos instantes finales, y también el emblema Tripero que es Rinaudo, que a los 48 minutos con un cruce tremendo despejó el peligro al córner.

No quedaba tiempo para mucho más, sólo para el abrazo en el banco entre el cuerpo técnico y los suplentes, y en la mitad de la cancha también de los hombres de azul y blanco que dejaron todo, y se volvieron felices como hacía tiempo no les pasaba.