La historia del pato rescatado de un prostíbulo
Edición Impresa | 3 de Mayo de 2017 | 01:42

En un operativo que hizo meses atrás en un prostíbulo platense, Fernando Cartasegna encontró tirado en un pozo ciego a un patito que salvó de una muerte segura y se lo llevó a su casa, sin imaginar que se convertiría en una mascota más.
Bautizado como “Wanchope”, el pato le devolvió la alegría a la labradora de la familia, “Alma”, que estaba decaída por la muerte de la madre, y se adaptó perfectamente a las costumbres de los dos gatos que también viven bajo el mismo techo.
Cuentan que “Wanchope” disfruta de los chapuzones en la pileta y que lo sequen en la cocina, casi tanto como le gusta comer pepinos y subirse a la falda de los dueños de casa.
El domingo pasado “Wanchope” desapareció de la vivienda y Cartasegna supuso que quienes ingresaron allí con fines intimidatorios se lo habían llevado, pero en realidad lo tiraron a la casa de una vecina, quien lo devolvió apenas supo por los medios que era del fiscal. Esta mujer, que es bióloga, comentó que “Wanchope” sería, en realidad, una pata. Lo importante es que está de vuelta con la familia que lo quiere.
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