Los booktubers, otra vez las estrellas de la Feria

No suelen hacer morisquetas frente a la cámara ni tampoco buscan causar gracia. Amantes de escritores como J.K. Rowling, John Green, James Dashner o George R.R. Martin, y nacidos originalmente como blogueros, los booktubers no paran de consolidarse dentro del universo literario y, a fuerza de seguidores y replicas virales, vuelven a ser este año una de las grandes estrellas de la Feria del Libro.

Se trata de chicos y chicas de entre 13 y 20 años que, por lo general y según lo admiten a cámara, son voraces lectores a los que les gusta hablar sobre los libros que leen, recomendarlos y criticarlos. Y lo hacen desde el lugar más natural para ellos: YouTube. Es por eso que se los llama “booktubers” y son parte de un fenómeno mundial que se desarrolló sobre todo en México y España los últimos tres años y que no para de crecer en nuestro país.

El fenómeno surgió primero en países anglosajones antes de llegar al cono sur. En Argentina, Matías Gómez, Maca Yanelli, July Ferraro, Naty Bustamante, Calu Dente o Facu Rapetti son algunos de los tantos exponentes de la tendencia. Las sagas, distopías y los mundos caóticos o fantásticos se desmenuzan así al ritmo del video online, una crítica quizás mucho más efectiva para el público joven que las clásicas reseñas en papel.

Según Cristina Alemany, especialista en el tema, el fenómeno que engloba tanto a booktubers como youtubers -gente que sube videos a Youtube donde hablan y comparten de todo un poco-, “se explica por la tecnología, las redes sociales, la lectura en comunidad. Es un fenómeno de comunicación, entretenimiento y socialización. Los jóvenes se divierten compartiendo su tiempo y opiniones con ellos. De todas maneras, veo diferencias. El fenómeno youtuber es más masivo, es como seguir a un ídolo de la televisión y el contenido es muy variado. El caso de los booktuber implica a libros, autores, adaptaciones, es más específico. Tiene que ver con el desarrollo de la tecnología, nuevas tendencias, búsquedas de contenidos, entretenimiento, conexiones, cambios culturales”.

Algunos videos que pueden verse en Youtube -y que van desde la recomendación de la saga de Harry Potter hasta la última novela de Stephen King- superan las 15 mil visitas y cientos de comentarios que reflejan el ida y vuelta entre el booktuber y sus seguidores. En la Feria del Libro del año pasado, para entender la magnitud del fenómeno, ocho de los diez títulos más vendidos fueron de literatura juvenil. El dato no es menor: los booktubers se han convertido en la mano derecha de las editoriales, que les envían las novedades para que sean ellos quienes hagan el trabajo de difusión. “Es el mejor espacio que tenemos para promover esos títulos -admitió una editora capitalina con asidua comunicación con booktubers argentinos-. Hay que tener en cuenta que actualmente los consumidores confían más en la información que brindan otros usuarios que en la publicidad”.

Para confirmar aún más la escalada del fenómeno, esta edición de la Feria del Libro programó varios encuentros que giren en torno al universo de booktubers y blogueros. El domingo que viene, por ejemplo, se realizará el encuentro de bookstagrammers -jóvenes que comparten sus lecturas en las redes- y para el sábado 13 de mayo -de 14 a 17,30- está previsto el Encuentro Internacional de Booktubers, que en la edición anterior fue un verdadero suceso.

“Antes leer era una experiencia solitaria -apunta Alemany-. El autor tampoco se conectaba tanto con el público y el editor, menos. Ese es uno de los grandes cambios que trae aparejado este fenómeno. Ahora se lee en comunidad, se debate, se buscan opiniones, sugerencias, existe Goodreads, un servicio para calificar los libros. Hay blogs, canales, cuentas de Instagram, Twitter. Todo al servicio de un lector que quiere compartir su gusto por la lectura, interactuar con el escritor, con el editor, criticar, elogiar, sugerir, reclamar. El mundo de la literatura se va adaptando. Los autores también tienen sus redes sociales, y lo mismo ocurre con editoriales y librerías”.