La peor versión del Pincha y una goleada que duele

Estudiantes tuvo una noche fatal, en el peor momento y en el lugar equivocado: jugó su peor partido del año en la casa de Atlético Nacional de Medellín, que lo goleó 4-1 para dejarlo al borde del nocaut en su ilusión de clasificar a los octavos de final de la Copa Libertadores.

No funcionó el esquema planteado por Nelson Vivas, que buscó atacar con los ojos cerrados con un equipo con demasiado vértigo y nada de tenencia de pelota. Eso fue fatal, porque el local lo fue arrinconando y aprovechando la velocidad en determinados sectores de la cancha, sobre todo en el lateral izquierdo.

Lo más gratificante para el Pincha fue la ovación del público local a Verón cuando se retiro del campo

Fue muy flojo y preocupante lo del Pincha, que condicionó su suerte en la competición. Ya parece una utopía meterse en octavos y una tarea cuesta arriba alcanzar ese tercer lugar que le permita seguir en la Sudamericana.

A pesar del flojo partido jugado, Estudiantes había comenzado mejor, sorprendiendo en los primeros minutos con un Juan Verón manejando la pelota y los extremos presionando arriba. Al minuto nomás tuvo una chance inmejorable para adelantarse en el marcador, con un pase de la Brujita a Javier Iritier, que por derecha enganchó para adentro y definió cruzado con la zurda. La pelota se fue desviada.

Pero sólo duró unos minutos ese juego Pincha, que empezó a perder la pelota y a retroceder en el campo. Nunca apareció Lucas Rodríguez y Lucas Viatri estuvo como desatendido del partido. En el medio Verón corrió y jugó, pero se fue cansando. La luz amarilla empezó a mostrar alarma. Luego se encendió la roja.

A partir de los 15 minutos la empezó a pasar mal Estudiantes. Por momentos muy mal. A los 19 el asistente anuló un mano a mano de Andrés Ibargüen tras buena jugada colectiva, al minuto salvó Mariano Andújar y a los 21 Dayro Moreno erró un gol increíble debajo del arco. En boxeo, era momento de escuchar la campana para tomar aire.

Pero este confundido equipo, sin conductor y muy mal en las marcas, principalmente por la banda izquierda, no pudo resistir. A los 36 minutos el volante Mateus Uribe se encontró con una pelota fuera del área que clavó, abajo, junto al palo derecho de Andújar. El 1-0 que mejor se ajustaba al partido y el principio del fin para los de Nelson Vivas.

A esa altura perder sólo por un gol parecía negocio. No estaba mal pensar en refrescar conceptos para buscar el empate en el segundo tiempo. Pero Rondin Quiñones, una pesadilla para Sebastián Dubarbier, ganó la banda y tras un centro el veterano Moreno metió el segundo gol. Y la sensación de que el partido estaba liquidado.

El segundo tiempo empezó de la peor manera: con el tercer gol de Atlético Nacional. Perdió la pelota Bautista Cascini en la mitad de cancha y un desborde de Moreno por la derecha le dejó servido el gol a Ibargüen, que sentenció la ilusión del Pincha, que ni siquiera pareció animarse con el descuento de Javier Iritier, tras una buena corrida de Dubarbier. Es que la diferencia física y futbolística era tan grande como el estadio.

Por eso no extrañó que pocos minutos después otro error defensivo terminase con el cuarto gol, esta vez de Macnelly Torres, quien aprovechó todo el tiempo y espacio que tuvo dentro del área para rematar. Ese gol fue una síntesis del mal partido Pincha, desbordado, aturdido y superado por el rival.

Fue 4-1 pero pudo ser aun peor. Estudiantes tuvo una de esas noches negras que duelen y preocupan. Demasiados errores propios en el momento equivocado. Y, lo peor, parece que ya no tendrá tiempo para la revancha.